La recaudación aplicable al Alcohol y Bebidas Derivadas ha caído un 3,9% respecto al 2012, alcanzando sólo 715 millones de euros frente a los 745 del año anterior, según los datos de tributación por impuestos especiales correspondientes al año 2013 publicados por la Agencia Tributaria.
Esta cifra avala los argumentos del sector de bebidas espirituosas y demuestra que la subida impositiva no supone una mayor recaudación, sino todo lo contrario. El sector sufre una fuerte discriminación tributaria: “Mientras las bebidas espirituosas tributan a 9,13 euros el litro de alcohol puro, la cerveza sólo paga 1,9 euros por litro de alcohol puro”, aseguran desde la Febe.
Este dato es aún más significativo si tenemos en cuenta la recuperación de otros indicadores a lo largo de 2013 que evidencian una mejora de la situación económica y del consumo.
Si el PIB del último trimestre del 2013 creció en un 0,3%, el Indicador mensual de Confianza del Consumidor (ICC) del mes de diciembre de 2103 se situó en 71 puntos, lo que supone una evolución en 15,3 puntos a lo largo del año. Asimismo los datos del tercer trimestre del 2013 confirmaron el repunte del consumo privado sugerido por los indicadores parciales de demanda, como el gasto de los hogares que aumentó el 0,4% en dicho trimestre, el último del que se tienen datos.
La positiva evolución de estos indicadores no tuvo su reflejo en el consumo de bebidas destiladas, que en 2013 cayó un 8%. Una caída superior a la del 2012, que fue del 6%, y que demuestra cómo la subida porcentual de los impuestos especiales aplicable sólo a las bebidas espirituosas ha tenido un claro impacto negativo en el sector. Una industria que acumula ya un retroceso que supera ya el 40% desde el comienzo de la crisis.
“Lo grave ya no es que acumulemos una caída superior al 40% durante la crisis, con las desastrosas consecuencias que ha tenido sobre cierre de pequeñas empresas del sector, destrucción de empleo y caída de recaudación”, comenta Bosco Torremocha, director ejecutivo de FEBE. “Lo verdaderamente preocupante es que cuando los indicadores empiezan a repuntar nuestro sector acelera aún más su caída debido a una regulación y unas medidas que han alterado la competencia y distorsionado los mercados en perjuicio de un sector tradicional como el nuestro.”