La Unión de Pequeños Agricultores y Ganaderos ha iniciado movilizaciones a las puertas de los establecimientos de la cadena de supermercados Dia por las prácticas de esta empresa con la carne de pollo.
UPA acusa a Dia de usar el pollo como producto reclamo vendiéndolo a pérdidas, lo cual está prohibido en España. A pesar de ser la carne que más ha aumentado su consumo durante la crisis, un 20% de las granjas ha cerrado desde 2005 por baja rentabilidad.
“Ya hemos cursado denuncias y aportado toda la documentación necesaria ante la Agencia de Información y Control Alimentarios, dependiente del Ministerio de Agricultura, y esperamos que actúen rápido y detengan estas prácticas delictivas”, han declarado tras reunirse con José Miguel Herrero, director de la agencia AICA, en Madrid.
Las ofertas de Dia sitúan la carne de pollo entero limpio a 2,15 euros/Kg., mientras que el coste de producción mínimo se sitúa en 2,73 euros, según el propio Ministerio de Miguel Arias Cañete. Los ganaderos afirman que lo que deja de ingresar la empresa vendiendo el pollo a pérdidas lo recupera en el conjunto de su compra, por lo que utilizan el pollo barato como producto reclamo “para engañar a los consumidores y hacerles creer que compran en un establecimiento económico”.
“Regalaremos pollo a las puertas de los supermercados por toda España para explicar a los consumidores que no deben comprar carne a ese precio, porque a la larga supondría la desaparición de la ganadería avícola española y el agravamiento de la crisis”, señalan desde la organización. Las movilizaciones comenzaron en Santiago de Compostela y se alargarán durante las próximas semanas.
UPA critica que Dia está poniendo en peligro los 50.000 empleos directos que genera la avicultura de carne en España. A pesar de ser la carne que más incrementa su consumo con la crisis, desde 2005 un 20% de las granjas ha echado el cierre, pasando de 6.000 explotaciones a menos de 5.000 en la actualidad.
La cuota de comercialización de carne de pollo de hipermercados y supermercados es del 60%, mientras que las tiendas tradicionales apenas venden el 30% restante.