La superficie de cultivo de patata en España en 2013 ha sido de 71.100 hectáreas, lo que supone un descenso del 30,3% desde 2004, superficie muy inferior a la de Alemania, con 241.200 hectáreas, Países Bajos con 155.800 hectáreas, Reino Unido con 139.000 hectáreas y Francia con 154.000 hectáreas, países que mantiene su potencial productivo y que consideran el cultivo de patata como un sector prioritario en su agricultura.
Las importaciones españolas de patata ascendieron a 600.000 toneladas y el consumo en los hogares se sitúa en torno a más de un millón de toneladas.
Estos datos se han conocido durante la reunión del Comité de Patata de FEPEX, constituido por productores y comercializadores de las distintas comunidades autónomas, que analizará principalmente las perspectivas de la campaña, y el Foro Español de la Patata, constituido oficialmente en octubre del año pasado.
El Comité de patata analizará también las repercusiones que tendrá la aplicación del régimen de pagos directos de la nueva PAC en el sector de patata, ya que, para FEPEX se provocarán distorsiones de la competencia al no estar incluido este cultivo en España en el régimen de pagos directos y si estar incluido en otros países productores como Alemania, Francia, Reino Unido y Países Bajos, cuyas producciones compiten directamente con las españolas. Por otro lado, se analizarán las fuertes desigualdades existentes en el ámbito de la producción, dada las grandes diferencias actuales entre las ayudas directas para el mismo tipo de superficie, con características agronómicas similares destinadas a la producción de patata.
En la reunión del Foro Español de la patata se analizarán las posibles medidas para mejorar la percepción del consumidor sobre la patata española y se analizará la situación del sector por los diferentes eslabones que integran la cadena de valor, con el fin de integrar propuestas que contribuyan a la recuperación de este cultivo, de gran valor social por su importancia nutritiva, entre otros factores,, y medioambiental, porque tiene unas necesidades de agua en el cultivo muy inferiores a las de otros productos sustitutivos.