Opinión Miguel Ángel Valencia, consultor senior de IAC (Ideas Are Capital): Industria española y servicios profesionales 14 mayo 2008 Los males que aquejan a la industria española son, fundamentalmente su baja productividad y competitividad. Los servicios profesionales dirigidos a la industria deben tener como objetivo el mejorar estos parámetros.
Los conocimientos que aplican las empresas de servicios profesionales se sitúan en dos planos, uno horizontal, procedimental de carácter general y otro vertical, sustantivo y de conocimientos específicos. Pertenecen al plano horizontal la gestión por procesos (BPA y BPM), la tecnología de la información y las comunicaciones, la gestión por proyectos, las herramientas y metodologías de gestión. Son propios del plano vertical los conocimientos específicos en materias y/o sectores; como por ejemplo finanzas en el sector del automóvil, cadena logística en el sector de la farmacia, capital circulante en el sector de los electrodomésticos, estudios de mercado en el sector de la distribución o comercio exterior en la industria textil.
La combinación de estos conocimientos debe ponerse al servicio de la industria a fin de mejorar la situación actual. Las oficinas prestadoras de servicios profesionales, hasta ahora se agrupaban, fundamentalmente, en consultorías, ingenierías y asesorías; observándose últimamente una convergencia cada vez mayor en los tres tipos. En el futuro aparecerán oficinas gestoras como centros de competencia o de excelencia.
Estos centros de producción de servicios difícilmente agruparán todos los conocimientos, tanto sustantivos como procedimentales, necesarios para ayudar a la industria española; sin embargo sí que contarán con capacidad de gestión para coordinar e impulsar proyectos multidisciplinares; para contratar, a su vez a proveedores específicos y para alinear los trabajos encaminados a mejorar las industrias. También serán expertos en servicios de planificación, estrategia y análisis y dispondrán de una red de relaciones para la implantación de las soluciones previstas y analizadas.
Dados los problemas que aquejan a la industria española, es previsible el aumento de la cartera de pedidos de los servicios que tengan como objetivos:
-Aumentar la productividad, competitividad y rentabilidad (TIC, BPM y BPA).
-Ganar cuota de mercado (Marketing e Investigación de Mercados).
-Innovar en productos y procesos (Centros de Investigación, Producción y/o adquisición de patentes).
-Exportar (Comercio Exterior).
-Orientar y Estructurar el Negocio (Estrategia, Adquisición y fusión de empresas).
Actualmente, la pequeña dimensión de las industrias provoca una débil capacidad inversora lo que le dificulta para acometer gastos en investigación. Además, los bienes españoles se distribuyen en el extranjero, a través de agentes o comisionistas del país de origen; sin que, en la mayoría de los casos se disponga de red propia de distribución.
La industria española se considera de tecnología no puntera y con escasa producción de instalaciones y bienes de equipo. Es decir, no disfruta de tecnología de producto ni de tecnología de procesos.
Escasa diferenciación en productos, que dificulta conseguir ?nichos? rentables en los sectores de demanda media y débil.
Industria poco eficiente en el uso de la energía y, además, agravado porque suele ser intensiva en el consumo de recursos energéticos.
Por el contrario, nuestra industria presenta como fortalezas las siguientes características:
Sólido y estable sector financiero: a pesar de que las relaciones entre la industria y la banca españolas no han sido modélicas; sin embargo, es destacable que la fortaleza financiera ha contribuido al sostenimiento de la economía y, en particular, de la industria.
Disponibilidad de un abundante capital humano cada vez mejor preparado. Es destacable, en los últimos años el incremento en alumnos matriculados en universidades y en titulados técnicos y científicos.
Amplio mercado interior, con más de cuarenta millones de potenciales clientes. Sólo tres mercados europeos nos superan en número (Alemania, Francia e Inglaterra).
Posibilidad real de sustituir productos de importación. La numerosa clase media española demanda productos de consumo, que, en gran parte se han abastecido de importaciones. La industria española tiene posibilidad de sustituir estas importaciones y ofrecer un valor añadido por proximidad y servicio.
Incorporación temprana al cambio tecnológico dominado por la sociedad de la información y de las telecomunicaciones. Con el advenimiento de la sociedad de la información (Segunda Revolución Industrial) se abrió un debate, felizmente superado, sobre la posibilidad de que España se incorporara a la misma, o bien sufriera el mismo retraso que el de la Primera Revolución Industrial.