Cerca de un 80% de la población española estima que el hecho de que un producto haya sido fabricado en España juega un papel importante en su decisión de compra. En concreto, un 78% está dispuesto a pagar más caro por un producto equivalente fabricado en España.
De este modo, la etiqueta “Made in Spain” representa una ventaja competitiva para las empresas que se cuestionan la problemática de la localización de su producción, según un estudio de la consultora Opinea.
Sin embargo, esta opinión varía considerablemente según la edad y tiende a disminuir entre las generaciones más jóvenes. Así, mientras que solamente el 68% de las personas entre los 18 y 24 años declara tomar en consideración el hecho de que el producto que compran haya sido fabricado en España, esta proporción alcanza el 83% de las personas que tienen entre 35 y 44 años, e incluso va más allá del 86% entre las personas mayores.
Además, según el estudio pagarían más por un producto nacional. De hecho, el 46% está dispuesto a consentir un extra de al menos 10% del precio por un bien producido en España. Así pues, existe “la voluntad de los españoles en apoyar un consumo responsable para su economía, y que, por otro lado, representa una verdadera ventaja competitiva para las empresas que favorecen la producción en España frente a la deslocalización”.
Sin embargo, un 43% estima que le resulta igual que el producto que compra haya sido producido en España o que haya sido producido en Europa. El entusiasmo se revela con mucha menos fuerza por parte de los productos europeos que por los productos españoles – un hecho que muestra claramente que no se ha adquirido todavía el sentido de pertenencia y el sentimiento de integración a la Unión Europea.