La modificación de la Ley de 15 de enero, de ordenación del comercio minorista, publicada este sábado en el BOE, representa “una perversión con la que se permiten casi todas las irregularidades con las que muchos comercios abusaban de los consumidores”, denuncia la organización de consumidores Facua.
Así, denuncian que podrá haber rebajas que duren menos de 24 horas y en productos que ni siquiera habían estado en la tienda el día anterior. Con la redacción vigente desde 1996, los artículos objeto de rebajas debían llevar al menos un mes en la tienda en la oferta habitual de ventas, sin haber sido objeto de otra promoción en ese periodo. Pero ahora la ley dice que «deberán haber estado incluidos con anterioridad en la oferta habitual de ventas». Es decir, el comercio puede colocarlos en las estanterías y, pasados unos minutos, indicar que tienen un nuevo precio rebajado, aseguran desde Facua.
El Gobierno ha introducido un nuevo apartado en el artículo 20 de la Ley para aclarar, por si había alguna duda, que en ningún caso, la utilización de las actividades de promoción de ventas podrá condicionarse a la existencia de una reducción porcentual mínima o máxima. Así, si se aplica un descuento de un céntimo, “el producto podrá colocarse con el reclamo de un gran cartel que anuncie rebajas”, explican desde la organización.
El artículo 25 de la Ley de ordenación del comercio minorista, que regula la duración de la temporada de rebajas, deja de establecer que tendrán lugar al principio del año y en torno al periodo estival de vacaciones, con una duración de como mínimo una semana y como máximo dos meses.
A partir de ahora, «podrán tener lugar en los periodos estacionales de mayor interés comercial según el criterio de cada comerciante» y su duración «será decidida libremente por cada comerciante». Por tanto, los establecimientos podrán incluso usar reclamos como «sólo el domingo por la mañana, rebajas».
A la desregulación y la mayor dificultad que tendrán las comunidades autónomas para controlar el cumplimiento de la Ley, se suma el hecho de que el Gobierno ha querido dejar patente, en su artículo 18, que las rebajas podrán «simultanearse en un mismo establecimiento comercial» con otras promociones, excepto las liquidaciones.
El requisito de que tendrá que haber «la debida separación entre ellas» no evitará la confusión que se provoca entre los consumidores entre rebajas y otras ofertas, que se anuncian en los comercios utilizando la misma tipografía y en estanterías contiguas.
También se ha modificado el artículo 27 de la Ley, que regula otras ventas promocionales, permitiendo que los productos «podrán adquirirse con este exclusivo fin» por el establecimiento. La regulación señala que no podrán «ser de peor calidad que los mismos productos que vayan a ser objeto de futura oferta ordinaria a precio normal», una entelequia que ni el Gobierno se cree, advierte FACUA.