Las exportaciones se convierten en la mejor opción de desarrollo del complejo agroalimentario español -agricultura, ganadería e industria de los alimentos y bebidas-, según el último boletín sobre la coyuntura agroalimentaria de la Fundación Cajamar.
El enfriamiento de la demanda interna condiciona el desarrollo del sector agroalimentario en el primer tramo de 2012. La debilidad de la demanda nacional, envuelta de nuevo en una fase de recesión, complica enormemente el devenir del sector en el mercado nacional, según este informe. Los costes comienzan a mostrar síntomas de contención, aunque muy por encima aún de la evolución de los precios, lo que implica que la situación de las explotaciones agrarias se sigue agravando.
Este informe asegura que el contexto internacional ha mejorado en los últimos meses. Las previsiones del FMI de abril señalan en esta dirección y aportan algo de tranquilidad al convulso momento económico. No obstante, la situación de la Eurozona es una olla a presión en la que las fuerzas expansivas de los gases están poniendo a prueba las paredes del euro.
Aún así, los gabinetes de análisis se muestran muy precavidos con la valoración de estas revisiones alcistas y, sobre todo, con las relativas a China cuya economía, aunque sigue creciendo con tasas robustas, lleva meses desacelerándose, hasta el extremo de que la política monetaria del gigante asiático ha cambiado de sesgo.
Los precios de las materias primas, que venían cayendo durante casi todo 2011, parecen haber encontrado una nueva resistencia, que podría estar señalando una mejora de la demanda de las mismas, aunque también implica una cierta inflexibilidad de la oferta para incrementar su producción y mantener unos precios bajos. La recuperación será a unos niveles de precios de los insumos básicos de 2008, aún en plena fase ascendente del ciclo, lo que dificultará la creación de riqueza.
En el entorno económico nacional no abundan las buenas noticias. Casi todos los indicadores muestran tendencias negativas, salvándose apenas la situación por la buena contribución de las exportaciones industriales. La demanda nacional sigue en estado de shock, y es complicado que se pueda superar esta situación a corto plazo, ya que el proceso de desendeudamiento está resultando más costoso de lo inicialmente previsto y los intensos recortes en el gasto público están pesando sobre la confianza de las familias y empresas españolas. El circuito del crédito no se ha normalizado y esta es una condición necesaria para comenzar a salir del atolladero.
La superficie de cereales de invierno durante 2011 ha sufrido un retroceso del 2,4%. Sin embargo, su producción final se ha incrementado ligeramente en apenas un 1%, lo que ha puesto de manifiesto un mayor rendimiento en dicho periodo, debido a las lluvias acaecidas durante ese tiempo. En cuanto a los tubérculos, la extensión dedicada a su producción ha aumentado para todas las variedades clasificadas por su temporalidad, excepto para las de media estación en las que ha descendido un 6,7%.
Respecto a los cultivos industriales, se mantiene la evolución al alza de las plantaciones estivales de remolacha, de manera que éstas se han incrementado en un 19,5% en superficie y un 35% en producción. También han crecido las hectáreas destinadas al cultivo del algodón, aunque de forma más modesta. No obstante, las toneladas obtenidas por hectárea han mejorado considerablemente.
La mayor parte de las hortalizas han presentado una tendencia favorable en superficie durante el pasado año, salvo la lechuga, el tomate y la berenjena. En todos los casos, los retrocesos no han sido muy elevados, aunque la tendencia es muy significativa. Así las previsiones para el año en curso no son muy halagüeñas. Las estimaciones de producción para este año muestran incrementos en escarola y berenjena y retrocesos en tomates y habas verdes.
La producción de cítricos en 2011 ha sido muy positiva para el limón que ha aumentado un 15,4% las toneladas obtenidas; de hecho, ha sido el cítrico con mejor comportamiento. Las toneladas cosechadas de pomelo se han mantenido constantes con respecto a 2010. Naranjas y mandarinas, sin embargo, han evolucionado de forma negativa, siendo las satsumas las que más han mermado en términos de toneladas producidas.
Respecto al sector vitivinícola, es destacable que los distintos segmentos analizados en relación al producto procesado han evolucionado desfavorablemente, con retrocesos del 4,8 y del 1% para la uva de vinificación y del vino y el mosto, respectivamente. La uva de mesa, sin embargo, es la única que ha incrementado sus cifras de producción en un 20,8%.