A pesar de que es sabido que desayunar es sumamente importante, un 28% de la población asegura que no toma ningún alimento desde la cena hasta el almuerzo del día siguiente, una cifra que ha aumentado respecto al 24% de 2018.
Este dato se extrae del Estudio de Vitalidad impulsado por Zespri y realizado por un equipo de expertos para conocer qué opinan y cómo se comportan los españoles en términos de vitalidad y vida saludable. El informe apunta que las franjas de población que se sienten más vitales a lo largo del día son aquellas que desayunan.
El estudio, marcado por la situación originada por la pandemia, también arroja datos positivos. Esta situación excepcional ha hecho crecer la preocupación por la salud emocional, la forma física y la alimentación, en este caso pasando de un 40% en el último estudio (2018) a un 63% (2021). Los resultados también muestran que ha aumentado el número de personas que consumen fruta fresca a media mañana o en la merienda (el 27% en ambos casos) y casi la mitad de los participantes lo hace también a mediodía
La psicóloga Mireia Porta destaca la importancia de una buena alimentación no solo para la salud física, sino también para la mental, especialmente en momentos tan delicados como durante el confinamiento. «La pandemia ha hecho que nos preocupemos mucho más por lo que comemos, cocinamos más y disfrutamos haciéndolo. Además, ha traído otros buenos hábitos como el incremento del consumo de fruta fresca y de vegetales», ha señalado.
Por lo demás, casi el 60% de los encuestados piensa que la pandemia ha cambiado sus prioridades personales, y, aunque en menor medida, la relación con los demás. Han aumentado las horas que pasamos delante de una pantalla, y en relación con el trabajo, más de la mitad echa de menos la relaciones cara a cara. Casi el 50% considera que estar todo el día delante de una pantalla agota física y mentalmente, afectando así nuestra vitalidad.