Ribera del Duero ha cerrado su cosecha con 123,1 millones de kilogramos de uva, con 122 millones de kilogramos de variedades tintas, tempranillo por encima de todo, y casi 1,5 millones de variedades blancas, principalmente albillo mayor.
Esta es la tercera mayor cosecha de la historia de la DO, tras las de 2016 (133,1 millones de kilogramos) y la de 2018 (125,4 millones de kilogramos), y por encima de la de 2014 (122,3 millones de kilogramos).
“Ha sido la vendimia más difícil a la que nos hemos enfrentado. Pero la responsabilidad, el compromiso y la enorme implicación de nuestros bodegueros y viticultores han hecho posible que se haya desarrollado con relativa normalidad, preocupados principalmente por la meteorología. Agradezco y aplaudo la profesionalidad y humanidad de nuestros operadores. Se han adelantado y han previsto cada situación posible”, afirma Enrique Pascual, presidente del Consejo Regulador de la Denominación de Origen Ribera del Duero.
“El excepcional trabajo desarrollado en el viñedo previo a la vendimia ha permitido que se haya recogido una uva en excelentes condiciones sanitarias. Los protocolos activados para controlar la pandemia y las medidas que han adoptado voluntariamente para el control del Covid-19, han logrado que no hayamos vivido episodios preocupantes. Es un orgullo representar a esta Denominación de Origen”, concluye.