Nomad Foods ha hecho un llamado a la industria alimentaria y a los reguladores de toda Europa para que consideren una estrategia más integral de los estudios de evaluación del ciclo de vida (LCA), que incluye los impactos de pérdida y desperdicio de alimentos, para mejorar la transparencia para los consumidores e impulsar acciones críticas para reducir las emisiones de carbono.
Según explica la compañía, “la producción de alimentos es uno de los principales contribuyentes al cambio climático y tomar mejores decisiones ambientales sobre lo que comemos y cómo reducimos el desperdicio de alimentos es una forma para que las empresas y los consumidores reduzcan su impacto de carbono. Para respaldar esta acción, es vital que las empresas de alimentos comprendan completamente la huella total de emisiones de sus productos y proporcionen información clara, precisa y completa”.
Dado que las etiquetas de carbono y los estudios LCA anteriores sobre alimentos a menudo tienen un alcance limitado, Nomad Foods ha solicitado recientemente la ayuda de expertos internacionales en evaluaciones de impacto, PRé Sustainability, para realizar un estudio LCA único de extremo a extremo para 22 de los productos más populares de la compañía.
Fundamentalmente, el estudio fue más allá del alcance de los LCA existentes para incluir todas las etapas del ciclo de vida del producto, incorporando nuevos datos sobre el desperdicio de alimentos de minoristas y consumidores (un elemento importante de las emisiones de Alcance 3 para los fabricantes de alimentos) y datos primarios para todos los pasos de procesamiento, mejorando la precisión de la evaluación, con los resultados revisados por expertos líderes.
El estudio mostró que la pérdida y el desperdicio de alimentos de los consumidores y minoristas (datos que generalmente no se incluyen en las evaluaciones LCA anteriores de los alimentos) desempeñan una parte importante del ciclo de vida del producto y tienen un efecto significativo en el impacto ambiental general de un producto. De hecho, el desperdicio de alimentos de los consumidores y minoristas equivale aproximadamente a 160 millones de toneladas y 17,25 millones de toneladas de CO2 en la UE y el Reino Unido, respectivamente.
“Esta nueva evaluación significa que, por primera vez, se pueden extraer conclusiones claras sobre la huella de carbono de los productos alimenticios congelados y realizar comparaciones significativas con sus alternativas no congeladas, al tiempo que se tienen en cuenta todos los impactos relevantes y materiales. Los resultados de los 22 productos congelados evaluados en el nuevo estudio mostraron que la mayoría tenía una huella de carbono igual o menor que productos similares que utilizan otros métodos de conservación”, asegura Nomad Foods.
Tal y como señaló Stéfan Descheemaeker, director ejecutivo de Nomad Foods, «la demanda de los consumidores de alimentos sostenibles, nutritivos y de alta calidad está creciendo y creemos que es vital que encontremos formas de brindarles a los consumidores información que los ayude a tomar decisiones informadas y les brinde la confianza de que las afirmaciones de sostenibilidad son sólidas y están basadas en evidencia. Para respaldar esto, alentamos a la industria alimentaria, los minoristas y los reguladores a adoptar un alcance más amplio para LCA como estándar, teniendo en cuenta todo el ciclo de vida del producto. Basándonos en el trabajo innovador que nuestros equipos han llevado a cabo con los expertos en ciclo de vida PRé Sustainability, podemos ver que hay beneficios significativos para los alimentos congelados en términos de conservación de alimentos a largo plazo y reducción del desperdicio de alimentos”.