Con el fin de avanzar hacia el objetivo marcado de alcanzar las cero emisiones netas de gases de efecto invernadero en 2050, Nestlé puso en marcha el pasado mes de mayo su segunda caldera de biomasa en la fábrica de café soluble Nescafé y cápsulas Nescafé Dolce Gusto en Gerona. Con su entrada en funcionamiento, la caldera ha empezado a utilizar, junto con los posos de café obtenidos en el proceso de producción, astillas forestales certificadas provenientes de bosques catalanes ubicados en un radio máximo de 50 kilómetros alrededor de la factoría.
Durante este año, está previsto que se utilicen cerca de 11.000 toneladas de astillas que proceden, en su mayoría, de la limpieza de bosques ubicados tanto en Gerona (en las comarcas de La Selva, Alt i Baix Empordà, Osona y La Garrotxa, principalmente- así como de Barcelona) en las comarcas del Maresme, Osona y Vallès Oriental, entre otras.
Estas astillas provienen también de la limpieza realizada en los alrededores de algunas zonas urbanizadas de estas provincias con el fin de prevenir incendios, a la vez que también se obtienen de actuaciones similares efectuadas entorno a infraestructuras claves como carreteras, líneas ferroviarias y/o líneas eléctricas.
Todas estas astillas disponen del certificado SURE, un sistema voluntario de certificación que asegura que el origen, la recolección o tratamiento y el transporte han cumplido con los requisitos de sostenibilidad de la biomasa forestal.
Estas astillas se obtienen “al eliminar, en la limpieza de los bosques, aquellos árboles muertos o malformados con el objetivo de adecuar la masa forestal a la densidad de árboles por hectárea óptima”, ha señalado Arnau Pi, director de la fábrica de Nestlé en Girona. “De esta manera se consigue un bosque más resiliente y resistente a plagas, a la vez que conseguimos reducir el riesgo de incendios y se mejora la biodiversidad del ecosistema”, ha puntualizado Pi.
Reducción de emisiones
La factoría de Nestlé en Gerona generó durante el pasado año más de 52.000 toneladas de posos de café que se revalorizan como biocombustible para la generación de energía en forma de vapor a través de las dos calderas de biomasa con que cuenta la planta y cuya instalación conllevó una inversión de 39 millones de euros.
Cada una de dichas calderas produce unas 116.000 toneladas de vapor anuales. Como resultado, el 80% del vapor demandado por la fábrica ya proviene de estas fuentes renovables. Además, las dos calderas de biomasa permiten evitar más de 36.000 toneladas de emisiones de CO₂ equivalente.
Por último, la ceniza que se obtienen tras la quema de los posos de café y las astillas se destina a la elaboración de cemento. De esta manera, Nestlé fomenta, una vez más, la economía circular.