Las empresas del gran consumo tratan de combatir durante todo el año el impacto de las pérdidas económicas que les ocasionan los hurtos y errores administrativos, si bien el verano se consolida como la segunda estación con mayor concentración de casos, con un 26% del total, solo por detrás del invierno (35%), tal y como refleja el ‘Barómetro del Hurto en la Distribución Comercial 2024’, elaborado por Nielsen, con la colaboración de Aecoc y el patrocinio de Checkpoint Systems.
El informe señala que la estacionalidad influye directamente en la evolución del hurto, y que, durante los meses de verano, se intensifican las sustracciones en tiendas. Entre las categorías más afectadas, alimentación y bebidas encabezan el ranking, representando el 43% de la pérdida desconocida estival. Los productos más hurtados en este grupo son los vinos y licores, los embutidos, las conservas ahumadas y los aceites. La mayoría de las empresas que operan en esta categoría perciben un incremento o mantenimiento del hurto con respecto al año anterior.
“El hurto no se detiene en verano; al contrario, es una época de especial exposición para muchas categorías sensibles”, afirma Alejandro López, responsable de Prevención de Pérdida en Aecoc. “Además, algo más de la mitad de los hurtos externos son atribuidos a bandas organizadas, mientras que dos de cada tres son realizados por personas multireincidentes, es decir, que han sido sancionadas por cometer tres o más hurtos al año de la misma naturaleza. Estos datos refuerzan la percepción de que el hurto responde, en muchas ocasiones, a dinámicas sistémicas y profesionales, más allá de acciones puntuales o aisladas”.
Cuidado personal, electrónica y bricolaje, en el foco del hurto estival
El 31% de la pérdida desconocida registrada en verano corresponde a productos de cuidado personal, belleza, farmacia y parafarmacia. Las cremas faciales, los productos capilares (como champús y tintes) y las cuchillas de afeitar lideran el ranking de productos más sustraídos, en una categoría en la que también se observa una tendencia creciente frente al año anterior.
En bricolaje y hogar, el principal foco de hurto son las pilas y baterías, señaladas por el 83% de las empresas que comercializan esta categoría. Además, la mayoría percibe un aumento de incidentes en esta familia de productos. En electrónica, los smartphones se sitúan como los artículos más robados, seguidos por auriculares y videojuegos, con una percepción mayoritaria de incremento respecto al año anterior.
El textil, aunque supone un 5% de la pérdida estival, presenta comportamientos destacados. El calzado y la ropa (especialmente camisetas, pantalones, camisas y vestidos), junto con las prendas deportivas, son los productos más vulnerables. En todos los casos, las empresas señalan la necesidad de reforzar las medidas de protección durante los meses de mayor riesgo.
“La pérdida desconocida ya alcanza los 1.856 millones de euros anuales en el sector del gran consumo, lo que da una idea clara del impacto económico que tiene sobre las empresas”, añade Alejandro. “En 2023, la media de hurtos externos en cada cadena se situó en casi 16.000 incidentes en el conjunto de sus establecimientos, con un importe medio por cada hurto de 80,50 euros. No es un problema aislado, sino una realidad estructural que afecta a todo el canal y que exige medidas contundentes y coordinadas.”
El informe pone de relieve que el fenómeno del hurto continúa afectando de forma transversal a todos los sectores de la distribución. Identificar las categorías más sensibles y los momentos del año más vulnerables resulta esencial para reducir el impacto económico que esta problemática genera en el tejido empresarial.