Los alimentos y las bebidas siguen siendo los productos más robados y han aumentado considerablemente en 2022, con un incremento de la cuota del 2,8%, según el informe anual Supply Chain Risk Insights Report elaborado por BSI.
Esta empresa, proveedora mundial de inteligencia de la cadena de suministro, destaca en su trabajo que las organizaciones que gestionen eficazmente la interrupción de la cadena de suministro en 2023 estarán mejor equipadas para capear los retos financieros que se avecinan.
En cuanto a las principales tendencias en el entorno de la cadena de suministro, el informe observa que los robos por secuestro han descendido en proporción a los robos de carga del 24,4% al 17%. Éstis ocupan ahora el segundo lugar tras los robos en instalaciones, que representan ya más de una cuarta parte del total de robos, habiendo aumentado del 24,2% al 26%.
Además de los alimentos y bebidas, la proporción de robos de automóviles y combustible también está aumentando, mientras que la proporción de robos de productos electrónicos, agroalimentarios y de la construcción ha disminuido. Aunque el secuestro también ha disminuido en proporción al robo de carga, BSI observó que sigue ejerciendo un impacto real en las cadenas de suministro mundiales, siendo los alimentos, los productos farmacéuticos y los materiales de construcción los más afectados.
Otra de las principales conclusiones del informe es que la inflación de precios sin precedentes, exacerbada por la guerra entre Rusia y Ucrania, pero también por el lastre de los cierres relacionados con el Covid-19 y la consiguiente escasez prolongada de componentes clave para la fabricación, ha hecho que los gobiernos tomen conciencia de la importancia de las cadenas de suministro mundiales para los intereses nacionales.
Esto ha dado lugar a la promulgación de nuevas leyes, como la Ley CHIPS y la Ley Bipartidista de Infraestructuras en EE.UU., y a un aumento de la normativa GPDR en toda la UE, cuya combinación está imponiendo una mayor responsabilidad a proveedores y compradores. La intervención gubernamental abarca esfuerzos para reforzar las cadenas de suministro nacionales, reducir las emisiones de carbono y mejorar la gobernanza.
El informe identifica cinco imperativos adicionales que las organizaciones tendrán que abordar para permitir el crecimiento futuro y proporcionar sostenibilidad financiera:
-Liderazgo: la continuidad de la cadena de suministro requiere una inversión desde arriba hacia abajo y lo que las organizaciones realmente necesitan en este momento es una fuerte implicación por parte del liderazgo de alto nivel
-Digital: las organizaciones necesitan abordar urgentemente su riesgo digital, con un 73% significativamente preocupado por los riesgos que plantea la digitalización de las cadenas de suministro, pero ni una sola organización ha resuelto el riesgo
-Autoconocimiento: las organizaciones necesitan invertir en herramientas y tecnología que les ayuden a formarse una idea global del entorno de su cadena de suministro, como el análisis de datos, el IoT, la computación en la nube, la seguridad de la información y el análisis predictivo
-Un enfoque a medida: es fundamental ser consciente de los retos específicos a los que se enfrenta la cadena de suministro de cada sector.
-Nuevas tecnologías: los datos, el metaverso y la ciberseguridad son segmentos de la tecnología que diferenciarán los enfoques de las organizaciones a la hora de crear cadenas de suministro sólidas.
Susan Taylor Martin, directora ejecutiva de British Standards Institution (BSI), que ha elaborado el informe, ha declarado que «en 2022 se produjo una volatilidad en las cadenas de suministro mundiales que muchos no habrían esperado en su vida. Las sucesivas crisis, incluida una pandemia mundial seguida de una guerra en Europa, han provocado una incertidumbre continua en muchos frentes y han demostrado a los gobiernos las ventajas de garantizar una cadena de suministro mundial sólida”.
«Dadas las turbulencias de los últimos doce meses, 2023 será un importante punto de inflexión para muchas organizaciones, y aquellas que gestionen con éxito los riesgos de su cadena de suministro tendrán más probabilidades de prosperar», ha añadido.
Por su parte, Jim Yarbrough, director del Programa de Inteligencia Global de BSI, ha señalado que «las amenazas a las que se enfrentan las cadenas de suministro mundiales varían de una región a otra y se distribuyen de forma desigual, pero ante la galopante inflación mundial de los precios, todos los países acabaron 2022 en condiciones más precarias de las que estaban al principio. Sin intervención, las empresas verán impactos dramáticos en su cuenta de resultados, lo que significa que discutir los problemas de la cadena de suministro a nivel de la alta dirección puede ayudar a asegurar que las inversiones se canalicen hacia los proveedores, creando resiliencia a las amenazas y apoyando la sostenibilidad financiera».