El Informe sobre las perspectivas agrícolas de la UE para 2024-2035, elaborado por la Comisión Europea y que recoge Fepex, destaca una tendencia mixta en el comercio exterior de frutas y hortalizas frescas. Mientras las importaciones de productos como el tomate, la naranja, el melocotón y la nectarina continúan en aumento, la exportación en la mayoría de estas categorías muestra un descenso sostenido. Sin embargo, la manzana emerge como la excepción, con un crecimiento previsto en las ventas al exterior y una reducción de las importaciones.
El estudio prevé que las importaciones de tomates frescos crezcan un 0,6% anual, consolidando a Marruecos como el principal proveedor de este producto a la UE. En el caso de las naranjas, se estima un incremento del 1,5% anual, especialmente fuera de temporada, mientras que los melocotones y nectarinas, aunque partiendo de volúmenes bajos, experimentarán un notable aumento del 5% anual.
Por el contrario, las exportaciones comunitarias de tomates y de melocotones y nectarinas disminuirán, con caídas anuales del 0,2% y 2,9%, respectivamente. En el caso de las naranjas, el informe proyecta una estabilidad en los niveles actuales de exportación.
A diferencia de otras frutas y hortalizas analizadas, la manzana presenta una tendencia positiva. Las exportaciones de manzanas frescas de la UE aumentarán un 0,6% anual hasta alcanzar 1,1 millones de toneladas en 2035. Este crecimiento estará impulsado por la introducción de nuevas variedades más adaptadas a las preferencias de los consumidores. En cuanto a las importaciones de manzanas, se prevé una disminución del 0,9% anual, gracias al incremento de la producción interna y la disponibilidad de variedades de alta calidad.
El informe subraya que el sector de frutas y hortalizas en la UE enfrenta desafíos importantes debido a la competencia internacional y la variabilidad en los patrones de consumo. Sin embargo, la capacidad de adaptarse a las demandas de los consumidores con productos diferenciados, como las nuevas variedades de manzanas, ofrece oportunidades para mantener la competitividad en el mercado global.
La manzana, con un desempeño positivo tanto en exportaciones como en la reducción de importaciones, se posiciona como un símbolo de resiliencia en un panorama comercial europeo marcado por la incertidumbre.