Con el calor en máximos históricos, los helados se consolidan como un producto estrella del verano. Sin embargo, la proliferación de envases con reclamos saludables –como “0% azúcares” o “+proteína”– ha despertado la atención de expertos en nutrición y marketing por un fenómeno preocupante: la realidad nutricional de estos productos no siempre coincide con las promesas del packaging.
Un estudio reciente de FITstore evidencia que helados comercializados como “+proteína”, contienen hasta un 25% de azúcar, un 31% más que otros más tradicionales, pese a no mostrar etiquetas “fit”. Este desajuste entre la percepción de salud y el contenido real puede inducir al consumidor a pensar que está eligiendo una opción más equilibrada cuando no es así.
“Que un producto lleve la etiqueta ‘+proteína’ no significa que esté equilibrado ni que sea menos azucarado”, señala Luis Cañada, fundador de FITstore. “Es fundamental leer la tabla completa de ingredientes y valores nutricionales, y no dejarse llevar por el reclamo principal del envase”.
Los helados etiquetados como “Zero” suelen sustituir el azúcar por polialcoholes como el maltitol o el sorbitol, que pueden superar el 20% del peso total del producto. Estos edulcorantes, consumidos en exceso, pueden generar malestar gastrointestinal y efecto laxante, además de dar una falsa sensación de seguridad nutricional.
Además, los productos “sin azúcar” pueden costar hasta cuatro veces más que las versiones estándar, sin que esto implique mejoras en los ingredientes ni reducción significativa de calorías. Tal y como advierte Cañada, la industria se apoya en la percepción de que “sin azúcares” equivale automáticamente a saludable, cuando en realidad no siempre es así.
Los expertos recomiendan considerar los helados “fit” como un capricho ocasional y no como una alternativa dietética, revisar detenidamente la etiqueta de ingredientes y no dejarse guiar únicamente por los reclamos de marketing. “Estas etiquetas funcionan como señuelos publicitarios: encarecen el producto y distraen del análisis real de su perfil nutricional”, concluye Luis Cañada.