La inflación y los efectos negativos de la guerra de Ucrania se han convertido uno de los principales retos para el mid-market español, por lo que los empresarios plantean inmediatas medidas para hacer frente a la nueva coyuntura, de tal forma que un 51% reconoce que tendrá que subir sus precios este año en respuesta a las tensiones inflacionistas.
Esta es una de las claves que desprende del primer Pulso de la Mediana Empresa Española de Grant Thornton de 2022, que mide la salud de las compañías medianas de nuestro país, de entre 50 y 500 empleados y que destaca que esta cifra crece 18 puntos desde principios de 2021 e incluso supera en cinco puntos la media del resto de países europeos. Se trata de una tendencia generalizada entre el grueso de los directivos nacionales, en el que sólo un 12% reconoce que cuenta con margen para reducir sus precios en los próximos meses.
El aumento de la incertidumbre y el miedo a que se produzcan nuevas limitaciones en aspectos relacionados con la oferta y demanda hacen que la salud de la mediana empresa española se resienta, así como las previsiones de crecimiento de los directivos para los próximos meses.
La preocupación por la escalada del precio de la energía en un contexto inflacionista aparece como el principal problema al que enfrentan los empresarios a corto plazo. Un 62% lo identifican ya como el principal limitador para hacer crecer su negocio durante el próximo año, situando los niveles de preocupación en su cifra más alta de la última década. Un dato que supera incluso a la preocupación de la media en las empresas europeas (50%) y nivel global (56%).
Como solución al entorno desafiante, la mediana empresa española confía todavía en el mercado exterior. Un 44% de los directivos preguntados por Grant Thornton aseguran que aumentarán su nivel de exportaciones durante el presente año en búsqueda de nuevas vías de ingresos. Se trata de una cifra en línea con lo registrado en la primera mitad de 2021 y muy por encima de lo contabilizado hace ahora dos años, cuando sólo tres de cada 10 empresarios confiaban en abrir fronteras para continuar creciendo. Los empresarios españoles lo identifican como una de las principales palancas de la recuperación económica, manteniéndose en nivel similar que la media global (45%) y por encima de la media europea (38%).
Para Ramón Galcerán, presidente de Grant Thornton, “justo cuando los indicadores auguraban el inicio de un ciclo de recuperación, las empresas medianas se enfrentan preocupadas a un nuevo revés inesperado. Los directivos hace unos meses reconocían sentirse confiados en lo que parecía el final definitivo del ciclo pandémico. Sin embargo, en nuestra última oleada, las expectativas de la mediana empresa en torno al ritmo de la recuperación se ralentizan consecuencia principalmente de los vaivenes en tablero internacional y, sobre todo, por la preocupación por la inflación”.
El índice de Grant Thornton se obtiene mediante una media, que sopesa cuáles son las perspectivas de crecimiento frente a las barreras que las compañías españolas vislumbran como preocupantes. En este sentido, las perspectivas de crecimiento de los directivos mantienen todavía la senda alcista, aumentando ligeramente en 1,8 puntos respecto a principios de 2021. Casi la mitad de los empresarios consultados (49,8%) vislumbran hasta el momento algún signo positivo, apoyados principalmente en la confianza que mantienen en la mejora de la coyuntura económica (51%) y en el aumento de las inversiones previstas para el presente año (40%). Se trata de dos aspectos que también mejoran a nivel europeo y a nivel global.
Por su parte, las barreras, entendidas como los frenos de negocio que detectan los directivos consultados, han aumentado también en esta última oleada del Pulso, hasta situarse en los 49,2 puntos. Se trata de una subida de casi cuatro puntos respecto a la primera mitad del pasado año, provocada por las dificultades que los empresarios prevén a medio plazo a la hora de vender sus productos y servicios, una mayor incertidumbre y la sensación de que la demanda de productos y servicios decaerá en un contexto internacional tensionado y volátil.
Los empresarios prevén una mejora de la coyuntura y aumento de las inversiones
A pesar de los efectos que viene provocando el contexto inflacionista, la mediana empresa española presenta todavía unas perspectivas positivas en términos generales, en línea con la última oleada del estudio. Sin embargo, analizando más en detalle estos parámetros, el nivel de optimismo registra una bajada de 3,3 puntos (57%) con respecto a la primera mitad del año pasado, mostrando en este momento a los empresarios nacionales algo más pesimistas que la media de sus vecinos europeos, para los que un 64% continúa mostrándose optimistas con la evolución de la economía para los próximos meses.
Álvaro Fernández, Socio de Auditoría de Grant Thornton, indica que “aunque el optimismo de los empresarios haya registrado un ligero descenso y la preocupación por los ajustes que la guerra traerá ya están impactando, la tónica general entre el middle-market es que el funcionamiento de sus empresas se mantiene en un umbral superior al obtenido justo antes de la pandemia. Un hecho que nos lleva a concluir que, pese a las adversidades coyunturales, la mediana empresa española sigue por el momento contemplando un escenario de relativa competitividad. Las empresas deben estar preparadas para lidiar en los próximos meses con esta insólita situación, que mezcla volatilidad pero confianza”.
Los efectos de la incertidumbre generalizada se aprecian también en los aspectos relacionados con la previsión de ingresos y beneficios. Si bien más de la mitad de los empresarios (53%) esperan aumentar su facturación y el beneficio (46%), la comparativa con relación al primer semestre de 2021 muestra cierta desaceleración, con una caída de dos puntos en los ingresos y un estancamiento en lo que se refiere a la previsión de crecimiento del resultado neto. El reciente recorte de las previsiones del Banco de España, que aparca al tercer trimestre de 2023 la plena recuperación, viene a confirmar las sensaciones de los directivos.
Existe todavía un moderado optimismo en materia de esfuerzo inversor. En concreto, el 40% de los directivos mid-market apuestan por aumentar sus inversiones en los próximos 12 meses (3 puntos más que a principios de 2021), siendo los activos intangibles el segmento que focalizará el grueso de estas inversiones. Así, el 43% de los directivos prevén invertir en el próximo año en nuevas plantas y maquinaria y un 26% en edificios de nueva construcción.
Principales barreras
Además de la escalada de los costes energéticos, las preocupaciones que más crecen entre los directivos son los transportes y la logística, motivados por el encarecimiento de los combustibles y la crisis de la cadena de suministros. El 43% de los directivos lo consideran un freno de negocio, aumentando en 18 puntos respecto a principios de 2021. Un nivel similar al que se obtiene a nivel europeo (41%). Los expertos de Grant Thornton coinciden en la idea de que este encarecimiento va a exigir a las medianas empresas a analizar sus costes y optimizar el suministro para mitigar el impacto en las empresas.
Estos componentes del repunte inflacionista han provocado dudas en la mediana empresa española, que hoy percibe en sus negocios más obstáculos que a principios de 2021.
Otros frenos que se agravan son las limitaciones que prevén tener las empresas medianas en torno a la demanda. Un 45,1% de los empresarios vaticina que la escasez de pedidos será un obstáculo para el crecimiento.