La industria del papel avanza en positivo gracias al ecommerce y a la creciente demanda registrada en las áreas de empaquetado. Y es que las compras por internet llevan aparejadas un fuerte uso de cajas y envases de papel y cartón, según revela el Informe sectorial de la economía española 2019 elaborado por la Unidad de Riesgos de CESCE.
Entre los factores que contribuyen a este impulso de la industria papelera están el aumento de las necesidades en los mercados emergentes, el auge del comercio electrónico y la creciente demanda de alimentos para llevar y bienes de consumo de marcas.
Mientras que el papel gráfico sigue registrando importantes caídas por el declive de la prensa y de la industria editorial, el consumo de papel destinado al packaging continúa su imparable progresión. Esta realidad coincide, además, con el hecho de que el ejercicio 2018 fue el año de la implantación de bolsas de papel y de envases y embalajes para la industria papelera española. Así, las previsiones de la industria papelera para el ejercicio 2019 muestran un ligero ascenso del volumen de ventas de papel en España.
Crece la demanda mundial de papel y cartón
La demanda mundial de papel y cartón crecerá hasta los 490 millones de toneladas en el ejercicio 2030, según el informe de CESCE, que recoge, entre otros, datos del estudio publicado por Poyry Management Consulting. Esto equivaldría a un incremento anual del 1,3%. Asia representa el 46% del consumo mundial de papel y cartón. Le sigue Europa (22%), América del Norte (18%) y América Latina (7%).
El consumo de papel sigue siendo creciente en mercados emergentes como China e India, debido al aumento de la población, la urbanización y el desarrollo de una nueva clase media. Por el contrario, en países como Japón, América del Norte y Europa Occidental, el consumo de papel disminuirá alrededor de un 0,8% anual hasta 2030. En España, la media de consumo de cartón por habitante en 2018 se situó en 59,3 kilogramos, dos puntos más que en 2016.
El sector papelero en España
La industria europea de papel tiene como objetivo reducir las emisiones de CO2 en un 80%. Los productos papeleros son bioproductos integrados en el ciclo natural y son renovables y biodegradables. Esta industria está basada en un recurso natural y renovable, la madera, y se cultiva en plantaciones gestionadas sosteniblemente.
La industria papelera española es una de los grandes productores europeos de celulosa y papel, con 68 fábricas de papel y 10 plantas de producción de celulosa, que desempeñan un importante rol en la generación de empleo y riqueza.
En España, el subsector de envases y embalajes en España presenta una facturación de 5.167 millones de euros 2018 y da empleo a más de 23.600 trabajadores. Respecto al consumo por segmentos, el 51% del papel consumido corresponde a papeles para envases y embalajes; el 33%, a papeles de prensa, impresión y escritura, y el 8%, a papel tisú y papeles especiales, respectivamente.
La industria papelera española se caracteriza por ser fuertemente exportadora: se vende al exterior el 55% de la celulosa y el 46% del papel que se fabrica. De hecho, el 57% de la facturación del sector papelero procede del comercio exterior. Es, además, una industria intensiva en capital: la inversión supuso en 2018 un 10% de la facturación del sector. España es, además, líder en reciclaje: se recicla el 71% del papel que se consume, un porcentaje superior a la media europea.
Para 2020, la industria papelera se ha fijado el objetivo de llegar al 74% de reciclaje. Las fábricas papeleras españolas reciclan 5,2 millones de toneladas anuales de papel usado como materia prima. Dentro de la Unión Europea, región líder del mundo en reciclaje de papel y cartón, España empata con Francia y solo le supera Alemania en volumen de papel reciclado. El sector papelero es también la industria líder en España en producción y utilización de energía renovable procedente de biomasa. España consumió 6,9 millones de toneladas de papel en 2018 (+1,9%).
En cuanto a la celulosa, el informe revela que la demanda global de celulosa de fibra corta, una de las principales materias primas en la industria del papel, creció un 1,4% en 2018, lo que equivale a un incremento interanual de 0,5 millones de toneladas, según las estimaciones de la consultora PPPC (Pulp and Paper Products Council). Este crecimiento viene principalmente impulsado por el aumento continuado del consumo de papel tisú, derivado del rápido crecimiento urbano y del incremento del nivel de vida en países emergentes. El consumo per cápita medio mundial de papel tisú se estima en 8,8 kg por persona.
China, Europa y América del Norte son importadores netos de celulosa de fibra corta (BHKP). El mayor oferente de celulosa de fibra corta es América del Sur. La principal materia prima para la producción de esa celulosa es la madera. Esto explica que los principales productores de celulosa se localicen en América del Norte, Europa Oriental y, sobre todo en los últimos años, en Sudamérica, principalmente en Brasil y Chile.
Las perspectivas para el sector son positivas, según CESCE, y los precios de la celulosa continuarán en ascenso. Los analistas prevén que los precios de la celulosa continúen en ascenso durante los próximos dos o tres años ante la fortaleza de la demanda, los bajos niveles de stocks y la ausencia de incrementos de capacidad en el período 2019-2021.
En el mercado europeo, la producción de celulosa en el ejercicio 2018 alcanzó los 36,4 millones de euros, lo que implica un ascenso del 0,7% con respecto a 2017. España se mantiene por encima de la Unión Europea y por encima de sus datos del año anterior, con un aumento del 0,8%. La media europea se ve arrastrada por el mal comportamiento de algunos países como Francia (-5,8%), Noruega (-1,9%), Alemania (-1,5%) y Suecia (-1,3%). Por otro lado, Polonia y Finlandia muestran importantes crecimientos del 10% y 7% respectivamente.