La Unió de Llauradors prevé un aforo de cosecha de cítricos ligeramente superior a los tres millones de toneladas, lo que sería ya la cuarta campaña consecutiva por debajo de la media. El descenso productivo se da tanto en naranjas como en mandarinas.
No obstante, en las mandarinas la caída es muy ligera gracias al crecimiento que se dará en la Clemenules, variedad estrella en la provincia de Castellón, donde tras una acusada caída productiva del 38% en la pasada campaña para ésta se espera un pequeño incremento del 10%.
Esta merma de la capacidad productora se debe a varios factores como el cambio climático con la concatenación de diversas inclemencias meteorológicas a finales del invierno y primavera de este año, el bajo aprovechamiento comercial debido a las plagas, al hecho de que una parte importante de la superficie sean árboles viejos con menor rendimiento y finalmente también al abandono creciente de campos de cultivo por la baja rentabilidad de los últimos años. Todas estas circunstancias y el incremento desmesurado de los costes de producción provocan una descapitalización progresiva de los agricultores durante los últimos ejercicios citrícolas.
“Los países del hemisferio norte también se prevé que tengan como nosotros una menor producción, circunstancia que debería influir en que el mercado no se hunda al estar muy regulado, siempre y cuando el consumo y la demanda sean normales”, señalan desde La Unió.