La Unió de Llauradors ha estimado que la cosecha de cereza en la Comunidad Valenciana, cuya campaña de recolección se inicia en las próximas semanas, se verá reducida a la mitad como consecuencia de la climatología adversa y los productores tendrán unas pérdidas cuantificadas en más de ocho millones de euros.
“Se trata sin duda del cultivo más afectado por las condiciones climatológicas adversas de los últimos meses, fundamentalmente por la falta de horas frío necesarias durante el invierno pues en los meses de enero y febrero se alcanzaron temperaturas muy altas; así como también por el exceso de humedad durante el mes de marzo”, señalan los productores, que explican que “este pasado mes han habido lluvias, nieblas y días sin sol que han impedido el vuelo de las abejas y como consecuencia de ello un mal cuajado y una polinización defectuosa para el cerezo”.
No obstante, también han señalado que la cereza que queda es de una gran calidad y los productores esperan compensar esta merma de cosecha con un mejor precio ante la menor oferta existente.
En el conjunto de la Comunidad las pérdidas para los productores ascenderán a una cantidad de 8,2 millones de euros. Las comarcas de Alicante son las que mayores pérdidas tendrán, con 7,7 millones de euros; seguidas por las de Castellón con 500.000 euros y Valencia con 48.000 euros.
Sobre la previsión de mano de obra para recolectar la cosecha, La Unió señala que “no se detectan por el momento problemas de falta de personal” y recuerda que “a la baja cosecha prevista hay que sumar las medidas del Gobierno para flexibilizar la contratación de temporeros, lo que sin duda minimizará los problemas, aunque sí habrá que tener en cuenta las limitaciones existentes en materia de desplazamientos, la necesidad de incrementar las medidas de seguridad o posibles aspectos logísticos en el desarrollo de la campaña; circunstancias todas ellas que elevarán los costes de producción en una campaña de recolección bastante atípica”.