El consumidor medio en España otorga una gran importancia a la calidad del establecimiento en el que hace la compra (58%) por encima de la cercanía con un 54% y del precio (47%). Se ha constatado un aumento con respecto a otros años en los tres factores que se consolidan como los más importantes para los ciudadanos, incluso en los meses de confinamiento por el Covid-19.
Lo mismo ocurre a la hora de adquirir un producto donde la calidad prima para la mitad de los encuestados por la Mesa de Participación Asociaciones de Consumidores (MPAC), seguido de lejos por las preferencias personales (23%) y el precio (19%). Así, más del 90% de los encuestados es consciente de la importancia del binomio alimentación y salud, un porcentaje que este año se ha visto reforzado por las circunstancias sanitarias a nivel global.
Además, el supermercado se mantiene como el lugar de compra preferido para el 64% de los encuestados, igual que en 2020, seguido de lejos por los hipermercados (16%) y el pequeño comercio de proximidad (14%), ambos con porcentajes similares en los últimos años analizados.
Por otra parte, se constata que los consumidores diversifican la compra en diferentes establecimientos dependiendo de si se trata de comprar productos perecederos o no perecederos. Así, los productos frescos se adquieren mayoritariamente en los pequeños comercios y mercados municipales (46% en el caso de la carne, 45% en el pescado y el 52% de frutas y verduras). Esta preferencia puede deberse a que se vincula a productos de temporada con círculos más cortos de distribución y comercialización y, por tanto, tender a considerarlos como más frescos.
Además, la encuesta asegura que el 93% de los consumidores es consciente de que sus hábitos alimentarios tienen un mayor o menor impacto ambiental según sean estos más o menos respetuosos con el medio ambiente. A un 88% le preocupa la sostenibilidad y al 86% le gustaría contar con un etiquetado donde viera si el producto lo es realmente. Sin embargo, a un 61% le resulta difícil, hoy por hoy, hacer una compra de alimentos sostenibles y menos de la mitad estaría dispuesto a pagar más por productos de estas características.
El etiquetado
Si bien la mitad de la población consultada responde que su principal fuente de información sobre un alimento es la etiqueta, los seis años de experiencia acumulados en este estudio revelan un progresivo desinterés por ella y un aumento de los encuestados que aseguran no buscar información por este canal. Internet como segunda fuente se mantiene en torno a un 20% desde 2019.
De hecho, el etiquetado actual resulta mejorable para más del 50% de los consumidores, bien porque sus datos son poco visibles, confusos o irrelevantes. Cabe destacar que un 24% reclama la opción de disponer de esta información en formato digital, sobre todo entre los encuestados de menor edad. Se impone el concepto de omnicanalidad para buscar información sobre los productos.
En cuanto los conceptos más importantes de la etiqueta para el consumidor, un 60% se fija en la fecha de caducidad, el 59% en los ingredientes y al 34% le interesa el lugar de origen del alimento. Sobre la información nutricional, nos importan los azúcares (64%) y las grasas (61%). También cabe destacar el aumento del interés por el contenido proteico del alimento.