En España se vendieron 79 millones de perfumes en 2021, lo que supuso un incremento del 26% respecto al ejercicio anterior y sitúa a esta categoría cerca de las cifras previas a la pandemia, según datos ofrecidos por Stanpa.
La recuperación vivida por esta categoría en 2021, con 51 millones de perfumes femeninos vendidos y algo más de 12 millones de perfumes masculinos, ha venido liderada por la perfumería selectiva (vinculada a las marcas de lujo), que acapara la mayor parte del mercado (un 72,7%). En consonancia, el perfume de lujo concentró el pasado ejercicio unas ventas de 20 millones de unidades, 13 millones de unidades de perfumes femeninos y siete millones de perfumes masculinos, un crecimiento del 33% que sitúa a la categoría de lujo como dinamizadora del mercado.
Según Val Díez, directora general de Stanpa, “el perfume está asociado a un fuerte componente social. Por eso, la recuperación que ha experimentado esta categoría en 2021, con un crecimiento del 26%, es uno de los mejores indicadores de que poco a poco vamos recuperando sensaciones y de que seguimos avanzando en ese camino hacia una doble recuperación, la del sector y la de nuestro propio bienestar”.
Curiosamente, aunque ellas compran más, son ellos quienes los usan con más frecuencia (el 69% de los hombres lo utiliza a diario; es decir, casi 7 de cada 10, por el 59% de las mujeres). La realidad común a todos es que, en tanto en cuanto el perfume es algo asociado al sentir y a la personalidad, elegimos perfumes que nos generen determinados sentimientos y formas de estar, en el mundo y frente a los demás: seguridad (así lo reconoce el 56%), belleza (51%) o, en definitiva, cómo nos sentimos (45%). Pero también buscamos reflejar nuestra personalidad y nuestro interior a través del perfume: una manera de comunicar lo que sentimos sin verbalizarlo.
Eso sí, el estudio desvela que, en materia de perfume, gusta la variedad. El 71,2% de los encuestados alterna habitualmente entre varios diferentes, especialmente en función de la ocasión (66,5%), pero también del estado de ánimo o la estación del año. No obstante, aunque vayamos variando, cuando damos con uno que nos gusta, nos quedamos con él durante más de un año (33,1%), y muchos incluso más tiempo (el 30,1% sigue utilizando el mismo aroma después de un lustro). Lo cierto es que, cuando damos con un perfume que nos gusta, éste se convierte en fundamental para nosotros, como explica el 60,8% de los consultados, y en una parte esencial de nuestra rutina diaria (56,6%).
Un complemento esencial
El perfume lleva asociados una serie de valores muy personales, toda una amalgama de emociones y sentimientos que condicionan de un modo u otro la forma en que lo usamos. Por eso, para entender la relación de los españoles con el perfume, Kantar ha llevado a cabo el estudio “El perfume y su vínculo con la persona” para Stanpa, una investigación que arroja una conclusión muy clara: el perfume es un complemento esencial (el 94,6% de los españoles lo utiliza con mayor o menor frecuencia), incluso imprescindible (el 54,7% lo usa a diario).
Como manifiesta el estudio, para más de la mitad (el 56,2%), nuestro perfume nos hace sentir seguros de nosotros mismos, refleja cómo nos sentimos (44,6%) o nos hace sentir poderosos (38,4%). Tal es ese sentimiento de identificación que el precio no resulta el factor más decisivo (solo el 34,9% lo considera muy importante); ni siquiera la recomendación de un tercero, que esté de moda, que sea un clásico o todo lo contrario, nuevo. Lo que más nos mueve a la hora de comprar un perfume es la fragancia, tal y como reconoce el 84% de los españoles.