El arranque de la campaña vitivinícola 21/22 llega con buenas expectativas ante la aparente reactivación de los mercados que coincide con la llegada de una cosecha corta, con carácter general, en el hemisferio norte. La Interprofesional del vino de España (OIVE) prevé una cosecha de buena calidad, pero más corta que el año pasado, que oscilará entre los 39 a 40 millones de hectolitros de vino y mosto, dependiendo de la climatología de las últimas semanas de vendimia.
Estas cifras suponen una disminución de en torno un 15% con respecto a la campaña anterior, que se cerró en 46,5 millones de hectolitros de vino y mosto. No obstante, dada la diversidad de nuestro país, la disminución no es generalizada en todas las regiones. Entre las razones, que la viticultura en España ha tenido que afrontar episodios climatológicos extremos como los efectos de la sequía, DANAS e incluso incendios. Esta disminución también es extrapolable a los competidores más directos, como es el caso de Francia (inferior en un 30% respecto al año anterior) o Italia (inferior en un 9%).
La evolución positiva de la pandemia en los últimos meses, debido al avance de la vacunación, ha influido en la reactivación de los mercados tanto en exportaciones como en consumo nacional y, además, está permitiendo que la vendimia se esté llevando a cabo sin incidencias epidemiológicas, también gracias a las medidas preventivas adoptadas.
Los datos de cierre de la campaña del año pasado junto a la evolución de los últimos meses, en los que se ha producido un crecimiento significativo de la exportación y una reactivación del mercado interior, permiten comenzar la nueva campaña con unas disponibilidades de vino inferiores en 2,7 millones de hectolitros a las de hace un año.