La actividad del sector agroalimentario español está aumentando a ritmos superiores al conjunto de la economía y las perspectivas para la campaña 2024-2025 son favorables, según un informe presentado este miércoles por Caixabank Researh.
El trabajo destaca que el sector agroalimentario español ha comenzado a recuperarse tras dos años de deterioro gracias a la moderación de los costes de producción y de la sequía. En la primera mitad de 2024, la actividad está aumentando a ritmos superiores al del conjunto de la economía, y las perspectivas para la campaña de 2024-2025 son favorables. Sin embargo, las consecuencias de la severa sequía que sufrió el país aún afectan a la producción de algunos cultivos y los costes permanecen en niveles muy por encima de los de antes de la pandemia. Además, el sector sigue estando muy condicionado por importantes retos (falta de mano de obra, impacto del cambio climático, adaptación a nuevas exigencias regulatorias, etc.) que limitan su capacidad de crecimiento de forma estructural.
En concreto, tras llegar a registrar caídas interanuales de hasta dos dígitos del valor añadido bruto (VAB) en términos reales (la mayor caída, del 27%, se dio en el tercer trimestre de 2022), el sector abandonó las tasas negativas en el segundo trimestre de 2023 y creció un dinámico 7,6% en el primer semestre de 2024, por encima del conjunto de la economía (2,8%). A pesar de esta mejora reciente, el VAB del sector primario todavía se encuentra un 6,2% por debajo del nivel del cuarto trimestre de 2019, mientras que el PIB del conjunto de la economía lo supera en un 5,7%.
El buen comportamiento reciente está permitiendo que el sector vaya recuperando paulatinamente su peso sobre el conjunto de la economía: en el primer semestre de 2024 representaba un 2,6% del VAB total, décima más que en 2022 pero todavía inferior al 3% que representó en el promedio de 2015-2019. El menor peso del sector primario respecto al periodo prepandemia se explica también por el fuerte crecimiento experimentado por otros sectores de actividad (como el sector turístico y el de información y comunicaciones). Asimismo, cabe señalar que el peso del sector primario español supera con creces el promedio de la eurozona (1,7%), señala el informe.
Mejoran las perspectivas para la campaña 2024-2025
El gradual descenso de los costes y la incipiente mejora de la situación hidrológica se está traduciendo en unas estimaciones más positivas para la campaña 2024-2025 tras dos años difíciles. Según el informe del MAPA de Avances de superficies y producciones agrícolas (con datos hasta junio de 2024), la producción de cereales de invierno (trigo, cebada, avena, centeno y triticale) se situaría en 16,4 millones de toneladas en 2024, lo que supone un incremento del 88% respecto a la campaña de 2023 (8,7 millones de toneladas en 2023) y levemente por encima de la media de las últimas cinco campañas (15,7 millones de toneladas en media en el periodo 2019-2023). También se observa un aumento del rendimiento de estos cultivos, en la mayor parte de los casos, por encima del rendimiento medio de las últimas cinco campañas.
También se anticipa un aumento en la producción de vino, después de la mala cosecha de 2023-2024. El MAPA prevé un repunte del 17% en la producción de uva para mosto y vino en 2024-2025, aunque el sector se quedará muy lejos de retomar la producción media de las cinco campañas anteriores (un 7,2% por debajo del promedio 2019-2023). Respecto al olivar, el MAPA aún no proporciona expectativas para esta campaña, si bien las diferentes asociaciones interprofesionales del sector anticipan una recuperación de la producción en 2024-2025 hasta un nivel similar al promedio de los últimos 10 años, tanto en España como a nivel mundial. Aunque estas previsiones son todavía muy tempranas, el precio de venta en almazara ha empezado a moderarse por el mayor equilibrio entre la oferta esperada y la demanda.
La industria española de la alimentación se reactiva
Tras dos años de deterioro debido al incremento en los costes, la industria de la alimentación comienza a reactivarse. La producción industrial creció un 1,9% interanual en la primera mitad de 2024, por primera vez en positivo desde 2021, dejando atrás la fuerte caída del 2,6% en 2023. Detrás de la mejora en 2024 se encuentra la moderación en el crecimiento de los costes de producción que soporta el sector. Por su parte, la actividad en la fabricación de bebidas ha descendido en la primera mitad de 2024 (–2,8% interanual, tras un descenso del 2,0% en 2023). La continua caída se explica, en gran medida, como una corrección tras el fortísimo repunte de la actividad en 2021 y 2022 (efecto de la situación pospandemia y la reactivación del canal Horeca). De hecho, la fabricación de bebidas se encuentra un 3,8% por encima del registro de 2019, mientras que la producción de alimentos todavía es un 2,1% inferior a esta referencia.
El precio de los alimentos se modera, pero aún no se percibe una mejora de la demanda
El informe de CaixaBank Research también señala que el repunte en los costes de producción de la industria alimentaria se trasladó en gran parte a los precios de los alimentos que paga el consumidor final. Así, la inflación de los alimentos alcanzó el 16% a finales de 2022, si bien desde entonces se ha producido una moderación en las tasas de inflación hasta el 2,7% registrado en agosto de 2024. Para los próximos meses esperamos que los precios de los alimentos mantengan la tendencia de desinflación a corto plazo, si bien podrían repuntar en 2025 una vez se eliminen las rebajas de IVA de determinados productos.
A pesar de esa moderación en el crecimiento de los precios de los alimentos, todavía no se percibe una reactivación significativa en la demanda: en términos reales, las ventas minoristas en alimentación crecen a tasas modestas (1,2% interanual en julio de 2024), levemente por debajo de las tasas registradas en 2023.