“La crisis del Covid-19 es, probablemente, el evento más disruptivo que ha vivido nuestra sociedad desde la II Guerra Mundial”, asegura Miguel Gallo, partner de la consultora EY y especialista en negocios y transformación digital en un informe en el que desvela que un 71% de los españoles estuvo preocupado por su trabajo durante el confinamiento y un 89% cambió la manera de realizar compras y explica que esta situación se debe, entre otras razones, a que no sólo se trata de una crisis sanitaria, sino también económica.
“El confinamiento, la incertidumbre y el auge del mundo digital han provocado cambios importantes en hábitos sociales y de consumo, sumergiendo a gran parte del mundo en una delicada situación económica y social”, explica Gallo en “Deconstruyendo al consumidor: Impacto del Covid-19 en los hábitos de consumo de los españoles” en el que ha abordado distintos aspectos de la vida social y económica de la gente como, por ejemplo, la vida social, las vacaciones, actividades recreativas, gastos primordiales y prioridades en relación a los gastos.
En concreto, según los datos obtenidos por el trabajo, a raíz de la crisis sanitaria el consumidor ha suprimido, en el 37% de los casos, la idea de comprar o cambiar de piso, planificar viajes (31%) o la compra de electrodomésticos (26%). No obstante, ha elevado el gasto en alimentación (19%), en moda (20%), en electricidad, agua y gas (8%) y ha conseguido ahorrar (14%).
“Se observa un comportamiento similar a una situación de crisis económica inminente, donde se reduce la renta disponible, se mantienen gastos imprescindibles y de primera necesidad, y se reducen gastos discrecionales”, asegura el experto, que explica que esta situación es una crisis inesperada que ha afectado al ser humano como un todo, es decir, a sus prioridades, sus costumbres y eso se ha visto reflejado en el consumo. Por lo tanto, la transformación del consumo es una consecuencia de la crisis y no una causa, como algunos han sostenido”.
Sobre la forma de sociabilizar, Gallo señala que “la mitad de los españoles piensa que ya no volverá a relacionarse como antes, disminuyendo la asistencia a actos y reuniones sociales, y limitando sus relaciones a los círculos cercanos”. De igual manera, se ha encontrado un gran respaldo al uso de mascarillas y a la limitación de aforo en espacios comerciales, así como un apoyo importante a la aplicación del pasaporte inmunológico y a la utilización de plataformas de geolocalización.
“Todavía es pronto para saber si algunos impactos serán coyunturales o estructurales. De la persistencia de la crisis sanitaria, y de medidas de prevención asociadas, dependerá qué cambios, que ahora visualizamos como coyunturales, se conviertan en estructurales”. Las empresas, por su parte, deben aprovechar esto para transformar los negocios y las experiencias. “Si no entendemos estos resultados, estas características y no las utilizamos para generar una propuesta de valor para los clientes y los no clientes, habremos perdido el tiempo”, concluye Miguel Gallo.