Ecommerce Europe y EuroCommerce han publicado el Informe sobre comercio electrónico europeo de 2024, en el que señalan que el pasado año el sector europeo del comercio electrónico B2C experimentó un modesto crecimiento del 3%, frente al 2% de 2022, con un aumento de la facturación nominal hasta alcanzar los 887.000 millones de euros y una disminución de la inflación del 8,5% al 6,1%.
El sector europeo del comercio digital sigue lidiando con desafíos que frenan su crecimiento desde 2022. Entre ellos se incluyen la inflación, el avance tecnológico desigual, la adopción de modelos más sostenibles y la adaptación a las nuevas normativas de sostenibilidad. Además, las empresas con sede en la UE se enfrentan a una dura competencia de actores no establecidos en la UE, junto con una falta de aplicación justa de las normativas de la UE al respecto.
El desglose regional del informe revela un rendimiento dispar en las diferentes macroáreas. Así, Europa occidental, tradicionalmente el mayor mercado del comercio electrónico B2C europeo, registró un ligero descenso del 1%, cerrando 2023 en 596.000 millones de euros. En cambio, Europa meridional y Europa oriental mostraron fuertes tasas de crecimiento del 14% y el 15%, respectivamente, con una facturación de 166.000 millones de euros y 17.000 millones de euros. Europa central demostró resiliencia con un aumento del 8%, totalizando 79.000 millones de euros, mientras que Europa septentrional enfrentó una caída del 5%, cerrando en 56.000 millones de euros.
Al igual que en la edición de 2023, el informe de 2024 incluye cifras ajustadas a la inflación para Europa y sus regiones. Si bien la inflación provocó una disminución real de la facturación del comercio electrónico (ajuste del -3%), la comparación entre las cifras generales del año pasado y los datos actuales sugiere que la inflación se está estabilizando gradualmente, y la tasa de inflación proyectada para 2024 seguirá disminuyendo hasta un 2,7% más normal. Las previsiones también indican un crecimiento más sólido del 8% para 2024, lo que refleja un repunte de la confianza y el gasto de los consumidores en toda Europa.
El informe destaca los esfuerzos de las empresas europeas de comercio electrónico para cumplir con la nueva legislación y, al mismo tiempo, buscar oportunidades de crecimiento. Por ejemplo, las empresas están teniendo dificultades para interpretar y aplicar los principios de la Ley de Inteligencia Artificial (IA) de la UE para diseñar de forma proactiva nuevas experiencias de compra a prueba de futuro, incluidas las devoluciones y los servicios posventa.
La industria también está explorando o consolidando actividades de re-commerce, como la restauración y las ventas de segunda mano, para satisfacer la fuerte demanda de los consumidores y cumplir con la nueva legislación. A pesar de una perspectiva de mercado potencialmente más optimista, es crucial que los responsables políticos de la UE y nacionales aborden la cuestión de la competencia desleal de los actores no pertenecientes a la UE, en particular los de Asia.
Como reacción a las cifras y tendencias, Luca Cassetti, secretario general de Ecommerce Europe, comentó que «para estabilizarse después de una serie de años accidentados y seguir creciendo, el sector del comercio digital necesita señales claras de los responsables de la toma de decisiones, que deben reconocer el papel del comercio electrónico como motor de una competitividad europea renovada. En primer lugar, debemos garantizar la igualdad de condiciones y la aplicación efectiva de las normas de la UE a todos los actores del comercio electrónico activos en la UE, independientemente de su sede. En segundo lugar, es fundamental que los responsables políticos persigan los objetivos de neutralidad de canal y fácil cumplimiento por parte de las empresas al analizar el sector, tal como se establece en nuestro Manifiesto”.
Por su parte, Christel Delberghe, directora general de EuroCommerce, señaló que “nuestro informe muestra que el comercio electrónico sigue siendo dinámico y ofrece importantes oportunidades de crecimiento a través de los avances tecnológicos y la fuerte demanda de sostenibilidad por parte de los consumidores. También se enfrenta a muchos desafíos derivados, por ejemplo, de la competencia global, los diferentes niveles de adopción tecnológica o la lucha contra la nueva legislación de la UE. La capacidad de las empresas para innovar y adaptarse a estas condiciones cambiantes será clave para su éxito en este panorama competitivo, así como la aplicación justa de la legislación de la UE a todas las empresas que venden a los consumidores de la UE por parte de las autoridades europeas”.