El Día Mundial del Cacao llega este año en un contexto marcado por la inflación, la incertidumbre económica y la subida histórica del precio de esta materia prima. Sin embargo, los datos demuestran que el consumo de cacao y chocolate mantiene una posición sólida en el comportamiento del consumidor español. Según el informe de NielsenIQ, en los últimos 12 meses —con datos cerrados a 15 de junio de 2025— los españoles han gastado 2.161 millones de euros en productos de cacao y chocolate, con un volumen total de 161.000 toneladas.
Este rendimiento se produce a pesar de que, en los dos últimos años, el precio medio de esta categoría ha experimentado un incremento acumulado del 29,9%: un 17,7% sólo en el último año, que se suma al 10,2% registrado el anterior. Esta tendencia al alza se debe, principalmente, al encarecimiento del cacao en origen, cuyas tensiones en el mercado internacional han provocado un aumento de los costes de producción que se ha trasladado a los lineales.
A pesar de esta presión inflacionaria, el consumidor no ha dado la espalda al chocolate ni al cacao. Según el análisis de NielsenIQ, la demanda total de la categoría apenas ha descendido un 2,6% en volumen. Este descenso es incluso menor en productos de cacao soluble y cremas de untar, que sólo bajan un 1,7%, frente al 3,2% de caída en el conjunto de productos de chocolate.
El detalle de precios también ofrece una lectura interesante: los productos de cacao son los que más se han encarecido, con un aumento medio del 21,2%, mientras que los productos de chocolate lo han hecho en un 7,5%. Esta diferencia responde a la mayor proporción de cacao presente en los productos de chocolate, que dificulta contener los costes sin afectar a la calidad, pero también a una elasticidad diferente en el comportamiento de compra.
“A pesar de la sacudida de los precios, el mercado total del cacao y el chocolate sigue generando más de 2.000 millones de euros anuales en España, lo que da fe de su relevancia cultural y su importancia emocional”, ha señalado Víctor Martínez, Account Developer de NielsenIQ.
Innovación, nostalgia y placer: los impulsores del consumo
Una de las claves para entender la solidez de este mercado radica en su capacidad para conectar emocionalmente con el consumidor. En un entorno de consumo más prudente, los productos que ofrecen satisfacción emocional, indulgencia y versatilidad han demostrado ser más resistentes.
Ejemplo de ello son los snacks de chocolate, que han incrementado su volumen un 3,5% en el último año, consolidándose como una de las categorías con mejor comportamiento dentro del segmento. Esta tendencia revela que los pequeños caprichos siguen teniendo cabida, incluso en momentos de contención del gasto.
Otro de los productos que ha conseguido sortear la caída en volumen son las cremas para untar, que han crecido un 2,9% respecto al año anterior. Su carácter versátil, la facilidad de uso y una subida de precios más moderada han favorecido su adopción como solución de consumo práctico y accesible en los hogares.
“Los consumidores pueden estar recortando, pero no están eliminando la alegría”, ha remarcado Martínez. “Las cremas para untar y los snacks están demostrando que los pequeños placeres todavía tienen un lugar en la cesta de la compra”.
El informe de NielsenIQ apunta también a nuevas oportunidades para las marcas y fabricantes. A medida que el consumidor se vuelve más selectivo, aumenta su sensibilidad al valor añadido que percibe en cada producto. En este contexto, la innovación que pone el foco en la comodidad, la nostalgia, el placer, o el formato funcional, sin renunciar al equilibrio entre calidad y precio, tiene más posibilidades de generar tracción.
Las marcas que consigan conectar con estas motivaciones y adaptarse con agilidad a las nuevas demandas del consumidor tendrán una ventaja competitiva significativa. El informe recomienda, por tanto, que el sector redoble sus esfuerzos por entender los nuevos patrones de consumo, explorando palancas como los formatos individuales, los productos “on-the-go”, o las referencias con ingredientes diferenciados.
Martínez concluye que “la innovación basada en la conveniencia, la nostalgia o la experiencia sensorial, sin perder de vista el precio, tendrá una gran repercusión. En este contexto, las marcas que se mantengan cerca de las necesidades cambiantes de los consumidores podrán mantener su relevancia e impulsar el crecimiento”.
La celebración del Día Mundial del Cacao pone en valor no solo al producto, sino también a toda la cadena de valor que lo hace posible, desde los productores en origen hasta la industria que transforma y distribuye el chocolate a escala global. En un contexto de alta volatilidad en los precios de las materias primas, el consumo español sigue mostrando una notable resiliencia.
El informe confirma que, aunque se modere el volumen, la relevancia cultural del chocolate —como símbolo de disfrute, indulgencia y conexión emocional— continúa marcando la pauta en las decisiones de compra. Para los fabricantes y distribuidores del sector, el reto está en mantener ese vínculo a través de propuestas innovadoras, accesibles y adaptadas al nuevo contexto de consumo.
El cacao, en definitiva, sigue siendo mucho más que un ingrediente: es una parte esencial de nuestra cesta, de nuestros recuerdos y de nuestra forma de entender el placer cotidiano.