Cuick estrena una nueva gama de bases de cocina naturales, una serie de sofritos y picadas elaborada con materias primas de alta calidad y provenientes de productores locales. Están diseñadas para que los consumidores puedan personalizar los platos a su gusto, aprovechando estas bases cocinadas por auténticos profesionales.
Creada en el año 2019 de la mano de dos emprendedores catalanes, Albert Camprubí y Gastón Chritin, Cuick arranca este año una nueva etapa en la cual sus productos se elaboran gracias a los conocimientos y la profesionalidad de la chef con más estrellas Michelin de la historia (siete en total), Carme Ruscalleda.
Según la empresa, Carme Ruscalleda se ha implicado al 100% en esta labor, asesorando gastronómicamente y colaborando activamente en el desarrollo creativo de la joven empresa. “Me cautivó la naturaleza que expresan sus productos, pero también la emoción que transmiten. Porque detrás de cada base, de cada sofrito, de cada picada de Cuick hay naturaleza en estado puro”, explica la chef.
La gama de sofritos de Cuick para particulares está formada por el Sofrito de cebolla de Figueres, Sofrito de Cebolla y Tomate, y Cebolla confitada en juliana. Por otro lado, Cuick también ofrece una gama de picadas para casa, una base que se puede personalizar al gusto y que aportan sabor, textura, aromas y colores naturales. Se elaboran con frutos secos de gran calidad (pistachos, piñones, avellanas, almendras), ligeramente tostados, que combinan con ingredientes como la ñora o el azafrán. Y todas ellas con un denominador común: el aceite de oliva virgen extra DOP Priorat.
“En Cuick amamos el chup-chup, la cocina con sabor y de calidad. En nuestros sofritos, la cebolla de Figueres o el tomate se sofríen en aceite de oliva virgen extra, caramelizando poco a poco. De esta forma enfatizamos los azúcares propios del producto sin añadir nada más, respetando la naturalidad y calidad del ingrediente fresco y de proximidad”, explican Albert Camprubí y Gastón Chritin.
Cuick (acrónimo de “cocina” y “quick”, rápido) ofrece soluciones tanto a los cocineros profesionales como a los amateurs, adaptando los formatos de sus productos para cada tipo de necesidad y de cliente. Así, los formatos para hostelería van desde los 500 gramos a un kilogramo, mientras que las picadas van en formato de 187 gramos. Todos sus productos, que se elaboran en su obrador de Tordera (Barcelona), tienen una vida útil de más de 12 meses y se pueden conservar a temperatura ambiente.