Los cerezos del Valle del Jerte ya han florecido, dando comienzo a uno de los espectáculos más famosos de la primavera. A partir de este momento y durante un periodo de entre 12 y 14 días, las laderas del valle se tiñen de blanco, anunciando que las cerezas y las picotas llegarán en pocas semanas.
“Los cerezos se cultivan siguiendo una tradición familiar de siglos en bancales de las montañas del Jerte, dentro de un entorno único y con un microclima privilegiado. Estas condiciones permiten que puedan obtenerse las mejores cerezas de España, así como la Picota del Jerte, una variedad originaria del Valle”, explica el Consejo Regulador de la Denominación de Origen Cereza del Jerte.
En esta línea, las picotas son un producto exclusivo, que destaca por su sabor y dulzura. Además, tienen varias características que las diferencian del resto: son la única especie que se desprenden del árbol sin rabito; tienen una textura más carnosa y crujiente y un calibre de menor tamaño (de entre 22 y 26 milímetros).
Su cultivo natural y su recogida de manera tradicional multiplican sus propiedades y permiten que lleguen a los mercados en el momento óptimo para su consumo. Estos frutos son una buena fuente de salud porque contienen ocho vitaminas, hierro, magnesio, calcio, una gran cantidad de antioxidantes y fibra.
El presidente de la Denominación de Origen Cereza del Jerte, José Antonio Tierno, ha destacado que durante esta campaña certificarán, como hasta ahora, las picotas producidas en el ámbito amparado por la Denominación de Origen y esperan “poder seguir dando pasos hacia la diferenciación de la calidad con respecto a las demás cerezas producidas en España y Europa”.
Las cerezas y picotas del Jerte son productos cada vez más demandados, tanto en el mercado nacional, como en el internacional, sobre todo en Reino Unido. El 50% de la producción de Picotas del Jerte se exporta.