El Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación ha informado a la Consejería de Desarrollo Rural, Ganadería, Pesca, Alimentación y Medio Ambiente del Gobierno de Cantabria de que la solicitud del Ejecutivo autonómico de ampliar la Indicación Geográfica Protegida (IGP) Carne de Cantabria, a instancias de varias organizaciones agrarias de la región, ha sido aprobada por la Comisión Europea.
Además, en la carta enviada por el ministro Luis Planas al consejero cántabro Guillermo Blanco se explica que el Ministerio, además, ha dado instrucción a la Dirección General de Industria Alimentaria para que la Comisión Europea actualice la información relativa a la IGP Carne de Cantabria en la base de datos eAmbrosia, creada por la Comisión Europea, para centralizar todos los términos protegidos por las Indicaciones Geográficas, tanto las Denominaciones de Origen Protegidas y las Indicaciones Geográficas Protegidas como las menciones de Especial Tradicional Garantizada.
Esta ampliación supone incluir dentro de la IGP Carne de Cantabria, que engloba actualmente a las razas tudanca, monchina, pardo-alpina, limusina, asturiana y sus cruces, otras razas de ganado bovino que se crían tradicionalmente en Cantabria, como son la charolesa, pirenaica, blonda de Aquitania o la fleckvieh, así como para modificar la mención de la raza pardo-alpina por la de ‘parda de montaña’.
En total, nueve razas ganaderas, que supone incorporar a este sello de calidad a más de 240 ganaderos cántabros y cerca de 10.000 reses a las que se les reconocerá y amparará su producción de carne con el objetivo de generar rentas a los ganaderos, asentar a la población rural y ofrecer a los consumidores de un producto obtenido de forma tradicional y con las máximas garantías de calidad y trazabilidad.
Así lo ha anunciado este lunes el consejero Blanco, durante el encuentro que ha mantenido con la Federación de Razas Cárnicas de Cantabria y las asociaciones de criadores de ganado vacuno de las razas roja pasiega, monchina, fleckvieh, pirenaica, blona y charoláis, además de representantes de otros colectivos del sector primario.
Tal y como ha explicado, la inclusión de estas nuevas razas en la IGP Carne de Cantabria responde a que, al igual que el resto de razas ya incluidas, otras razas que forman parte de la tradicional cabaña ganadera han ido adquiriendo de manera progresiva mayor relevancia en el volumen de carne que se producen en Cantabria.
La producción de carne de vacuno de Cantabria mantiene un aspecto común en su sistema de manejo, producción y alimentación, aprovechando los pastos que de manera natural conforman el paisaje de la región, lo que permite incluir todas las razas que tradicionalmente se crían en Cantabria bajo este sistema. Un sistema de manejo que contribuye a diferenciar la carne de IGP de la obtenida de animales que no han pastado en ningún momento de su vida, siendo este manejo y alimentación, y no la especificidad o rusticidad de las razas, la esencia de la diferenciación para la IGP, vinculando el producto al territorio.
Esta propuesta de ampliación cuenta con el respaldo de los consumidores, en base a un estudio sobre la reputación de la carne de Cantabria, lo que indica que el apoyo de la solicitud no se fundamenta en las razas o en su protección, sino en la reputación de la carne obtenida por el sistema de manejo y alimentación establecido por este sello de calidad. Unas producciones se han visto incrementadas en los últimos años hasta el punto de que son más de 4.300 animales los que se han identificado bajo este sistema de calidad diferenciada.
La modificación, que no afecta al vínculo del producto con el territorio, pretende adaptar la IGP Carne de Cantabria a la legislación comunitaria vigente y clarificar su redacción actual.