La agricultura ha sido donde menos se ha reducido la contratación a mayores de 45 años, con una caída del 11,7%, lo que supone 44,4 puntos porcentuales menos pronunciada que el conjunto de todos los sectores, lo que se traduce en una diferencia de apenas 8.400 contratos.
Así lo revela Randstad, que ha estudiado cómo se ha visto influenciada por el Covid-19 la contratación en los mayores de 45 años, un segmento que supone el 46% de la población activa de España. Para ello, ha estudiado datos procedentes del Servicio Público de Empleo Estatal (SEPE) del último mes y los ha comparado con los de abril de 2019.
En general, la empresa de recursos humanos señala que la contratación de los mayores de 45 años se ha reducido en un 56,1% durante el último año, siendo el segmento de edad con la caída menos pronunciada, 5,7 puntos porcentuales menos que la totalidad de la población, que sufre un descenso de 61,9%. El desplome de contratación de menores de 25 ha sido del 68,9% mientras que el de profesionales entre 25 y 45 fue del 61,6%. En términos de volúmenes, esta reducción supone que en un año se han dejado de firmar 254.905 contratos a mayores de 45 años, pasando de las 454.244 de abril de 2019 a las 199.339 actuales.
Según Valentín Bote, director de Randstad Research, “los mayores de 45 años son profesionales con experiencia y con una formación cada vez más alta, que han sido muy apreciados para llevar a cabo determinadas tareas en los llamados sectores esenciales. Por desgracia, los menores de 25 son los que están sufriendo la mayor destrucción de empleo, mientras que las caídas entre los profesionales de entre 25 y 45 son muy pronunciadas al concentrar mayores volúmenes de contratos. A veces nos referimos a los mayores de 45 como uno de los colectivos más vulnerables del mercado laboral cuando son, en realidad, uno de los principales motores de la economía”.
Respecto a la agricultura, Bote añade que “este comportamiento de la contratación a mayores de 45 en el sector primario está muy influenciado por el considerable aumento de la demanda de profesionales en la agricultura para la recolección de las cosechas durante el confinamiento, una actividad primordial para el suministro de alimentos a la población”.