España cerró 2024 con 33.927 toneladas de carne de conejo (-8,3% interanual) y 27,5 millones de animales sacrificados (-8,1%). El descenso consolida la tendencia a la baja iniciada en 2015 y se acompaña de una caída del consumo en los hogares del 7,3% y de una estructura productiva cada vez más concentrada, los datos del Ministerio de Agricultura analizados por Asaja.
La producción se concentra en el centro de España (Castilla y León), Noroeste (Galicia) y Este (Cataluña). En la UE, la producción estimada es 111.000 toneladas (-4% vs 2023), con España a la cabeza junto a Italia y Francia.
En cuanto al precio medio, se situó en 2,355 euros el kilogramo, lo que supone un descenso del 7% en comparación con 2023, pero 11% superior a la media de los últimos cinco años.
Las exportaciones sí registraron cifras positivas, con un incrementos del 1,4% (6.677 toneladas) mientras que las importaciones descendieron un 4,4% (2.681 toneladas). Prácticamente todas las importaciones proceden de la UE y Portugal concentra el 84,8% de las compras españolas intracomunitarias.
Ante estos datos, Asaja señala que la demanda interna sigue siendo el gran cuello de botella. El consumo en hogares retrocede y el per cápita baja a 0,63 kilogramos, lo que condiciona la producción y acelera la concentración de granjas. Las exportaciones ayudan, pero no compensan del todo.
“Dentro de la ganadería española, pocos sectores atraviesan tantas dificultades como el cunícola. La falta de relevo generacional, el encarecimiento de la mano de obra, la electricidad, los piensos y los combustibles han puesto contra las cuerdas a muchas explotaciones, que además ven cómo la carne de conejo pierde espacio en los mostradores de las carnicerías”, destaca la organización agraria.
“Frente a esta situación, el sector busca reinventarse revalorizando un producto con grandes cualidades nutritivas (rico en proteínas de alta calidad y bajo en grasas) que los expertos recomiendan en dietas saludables y de alto rendimiento deportivo. Una apuesta que también apela a la memoria culinaria de los hogares españoles, donde platos como el conejo al ajillo o la paella con conejo formaban parte de la tradición gastronómica cotidiana”, añade.