La Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) ha realizado una encuesta junto a otros siete países europeos en colaboración con BEUC (la organización europea de asociaciones de consumidores) que muestra que la mayoría de los consumidores españoles apoyan un mayor bienestar para los animales criados para consumo humano y esperan que la UE actúe de manera acorde a la hora de legislar.
De este modo, tanto OCU como el resto de las organizaciones de BEUC piden a la Comisión Europea que preste atención a las preocupaciones de los consumidores y cumpla su compromiso con el bienestar animal, proponiendo nuevas leyes y actualizando las existentes.
Entre las principales conclusiones de la encuesta destaca que casi nueve de cada 10 consumidores (89%) apoyan nuevas leyes para mejorar el bienestar de los animales de granja, como proporcionar más espacio, prohibir los sistemas de jaulas y las mutilaciones. Además, los consumidores quieren saber más sobre cómo se crían los animales de granja y necesitan un etiquetado fiable y destacan que la transición a sistemas de mayor bienestar de los animales de granja “debe ser justa para los agricultores y los consumidores”.
El trabajo también revela que tres de cada cuatro (76%) consumidores quieren que el método de etiquetado de producción se extienda a otros productos además de los huevos, como son la carne o la leche. Asimismo, más de la mitad de los consumidores considera que tiene un bajo nivel de conocimiento sobre las prácticas de bienestar animal. De hecho, una breve prueba realizada en la encuesta demuestra que el conocimiento real sobre bienestar animal es inferior al que los que los mismos consumidores consideraban.
Por otro lado, los consumidores están de acuerdo (82%) en que las importaciones de productos animales deberían estar sujetas a las mismas normas de bienestar que los producidos en la UE. Una gran mayoría (77%) quisiera que la UE proporcionara fondos a los productores para implementar normas más estrictas de bienestar animal.
Asimismo, aproximadamente seis de cada 10 consumidores están dispuestos a pagar más por normas más estrictas en materia de bienestar animal, aunque con limitaciones; el 34% solo pagaría hasta un 5% más. Si bien una gran mayoría de consumidores considera importante mejorar los estándares de bienestar animal, la UE y los gobiernos nacionales deben garantizar que los costes de esta transición se compartan equitativamente y no sean asumidos únicamente por los consumidores.
Por otro lado, pocos de ellos confían en las afirmaciones de las empresas sobre lo bien que cuidan a los animales. La industria debería pensárselo dos veces antes de dedicarse a “marketing engañoso sobre bienestar animal”, ya que puede empañar la reputación de sus marcas durante mucho tiempo.
OCU pide que el gobierno garantice que el coste hacia una transición de mayor bienestar animal se comparta equitativamente en toda la cadena de valor y no por los consumidores, que llevan padeciendo un elevado incremento en el precio de los alimentos durante meses. Los agricultores tampoco deberían ser los más afectados. “Una propuesta que beneficiaría no sólo la salud de los consumidores, sino también el clima y a los animales sería comer menos alimentos de origen animal y producidos en mejores condiciones. Los consumidores necesitan ayuda para que los alimentos más saludables se conviertan en la opción más fácil”, señala la organización.