El consumidor de aceites de oliva se ha vuelto menos generosos en su uso y ha reducido también el volumen en el formato de compra de este producto, según se desprende de un estudio presentado en el seno del Máster Propio en Administración de Empresas Oleícolas de la Universidad de Jaén a través de su Observatorio de Consumo.
El análisis ha sido realizado por Juan Carlos Marín, responsable de ultramarinos en Alcampo, Carmen Morillo, directora financiera del Grupo Oleícola Jaén y Juan Vilar, analista oleícola internacional. Los tres son miembros del aula universitaria Oleícola Innova, implicada también en dicho estudio.
En el trabajo, que se ha llevado a cabo, entre los meses de enero y septiembre del presente año, ambos inclusive, teniendo en cuenta todos los tipos de aceites y grasas consumidos en España en supermercados e hipermercados, se han analizado 63 hipermercados, y casi 250 supermercados, teniendo una incidencia en hogares representados que supera el millón, lo que equivale a algo menos de 2,6 millones de consumidores.
En concreto, el análisis revela que entre los primeros nueve meses del año se ha producido una caída media de la demanda de aceites de oliva refinados del 10,2% y que dicha caída ha sido superior en los envases de mayor volumen, como por ejemplo en el PET de cinco litros, que ha cedido en un 24,6%. También cae el doble de puntos el suave que el intenso, -18% contra -9%, mientras que el aceite de orujo incrementa su demanda en más del 86% para el periodo estudiado. Los precios conjuntos suben de media un 40,38%, subiendo más los envases de mayor volumen.
Si nos referimos al aceite de girasol la demanda crece un 21,2%, mientras que el precio lo hace en un 31,1%. En el ámbito de los vírgenes, la demanda se incrementa un 2,1%, subiendo principalmente la demanda de vírgenes, no vírgenes extra, que lo hacen en un 68,4%, cayendo los vírgenes extra con mayor volumen más del 10,6%. El incremento de precio acumulado medio es del 31,1%.
Así, el trabajo revela que se ha producido una transformación en las preferencias del consumidor de aceites de oliva, virando a los vírgenes, en lugar de vírgenes extra, y también hacia los aceites de orujo, y sobre todos los formatos pequeños, con lo cual se está segmentando más la compra, dosificando su uso, comprando más online y aunque su fidelidad es firme, comienza a ceder en la demanda a favor de otros aceites de oliva, como es el caso del orujo y principalmente el girasol fuera de los oliva.
Analizando el consumo interno (hogares, hostelería e industria alimentaria) para los meses comprendidos entre enero y septiembre, ambos incluidos, se produce una caída de consumo acumulado de casi 200.000 toneladas, o lo que es lo mismo, un retroceso de consumo con respecto al mismo periodo del año pasado del 43,9%.
En cuanto a las exportaciones, caen en 320,4 toneladas, es decir, un 38,73%, sin embargo las importaciones crecieron en un 10,1%. No obstante en 2022 estas suponían un 8,7% sobre la producción total del país, y este ejercicio, para el mismo período analizado supondrían algo más del 21%.