La Unión de Uniones de Agricultores y Ganaderos denuncia su preocupación frente al incremento constante del Índice de Precios al Consumidor (IPC) en alimentos durante el año 2023. A pesar de las medidas implementadas por el Gobierno para consumidores y productores, la organización considera que estas no han sido efectivas en aliviar la carga económica que supone la compra de alimentos.
Los datos del IPC de julio de 2023 han revelado que el índice de precios de alimentación ha continuado aumentando de manera constante a lo largo de este año, con una aceleración en el último mes. La Unión de Uniones señala que, a pesar de las medidas tomadas tanto para los consumidores, como la rebaja del IVA en ciertos productos, y para el sector primario, como diversas ayudas financieras y fiscales, los resultados no han sido satisfactorios ante el incremento de precios.
La organización agraria advierte que llenar la cesta de la compra se ha convertido en un esfuerzo económico cada vez más grande para los consumidores, contradiciendo las expectativas de una disminución en la inflación. Esta situación se torna aún más preocupante ante la inminente llegada de campañas desafiantes, como la del olivar, y factores internacionales adversos, como la finalización del Acuerdo del cereal del Mar Negro.
Según los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), el índice de precios de alimentos y bebidas alcohólicas ha superado al índice general desde abril de 2022. Esta tendencia persiste hasta julio de 2023, donde el índice general alcanza un valor de 112,5, mientras que el de alimentos y bebidas no alcohólicas se eleva a 125,2. La disparidad se explica por un aumento más pronunciado en el índice de precios de alimentos, con un incremento del 11% respecto a julio de 2022, en comparación con el 2% del índice general.
La Unión de Uniones ha reiterado la necesidad de implementar medidas que reduzcan los costes de producción en la cadena alimentaria desde su inicio. Esto no solo protegería la viabilidad de las explotaciones agrícolas y ganaderas, especialmente las más vulnerables, sino que también prevendría un aumento desmedido de los precios a lo largo de la cadena de valor.
La ineficiencia en la ley de la cadena alimentaria y los altos costes de producción han llevado a una situación en la que los productores han visto cómo sus costos aumentaban más rápido que los precios que obtenían por sus productos. Esta dinámica ha afectado su capacidad económica y ha puesto en peligro la continuidad de muchas explotaciones.
La crisis de precios en la alimentación está teniendo un impacto negativo tanto en los productores como en los consumidores. La Unión de Uniones de Agricultores y Ganaderos demanda medidas más efectivas por parte del Gobierno para abordar este problema en lugar de políticas temporales. El llamado es a enfrentar los desafíos de frente y encontrar soluciones que alivien la presión económica en ambos extremos de la cadena.