La preocupación por la inflación continúa en aumento: de media, la mitad de la población mundial (50%) dice estar preocupada ante la escalada de los precios, cinco puntos más que el mes anterior. Por su parte, España, con un 59%, es junto con Reino Unido y Francia, de los países europeos más preocupados por la inflación y registra un aumento de nueve puntos respecto al mes de mayo, según la última oleada del estudio Essentials de Ipsos, realizado entre el 10 y el 13 de junio de 2022 en su plataforma online Global Advisor.
Pero, además, en vista de que la situación no mejora, cada vez hay más personas que perciben la inflación como un riesgo personal, más allá del que supone para la economía de su país. Así, a nivel mundial, el 48% de la ciudadanía, de media, considera que el aumento de los precios es un riesgo elevado para su país, y un 39% lo considera un riesgo a nivel personal. En España, estos porcentajes se incrementan: el 65% de la población considera el aumento de los precios como un riesgo elevado para su país, y un 54% un riesgo a nivel personal.
Sin embargo, esta crisis inflacionaria no presenta las mismas dificultades para todos los ciudadanos. Así, un 39% de la ciudadanía, de media, considera que tiene un alto nivel de riesgo ante la inflación, mientras que un 37%, de media, considera que le afecta en cierta manera (riesgo medio), y un 22%, considera que su riesgo ante la subida de los precios es bajo o inexistente. En el caso de España, la percepción personal de estar en alto riesgo por las consecuencias de la inflación ha subido sutilmente respecto a mayo, pasando de un 51% a un 54% en junio. Este pequeño incremento hace que el conjunto de ciudadanos que afirman que les afecta en cierta manera haya disminuido de 38% al 33%, mientras que el bajo se mantiene igual (8%).
El gasto no cesa
Sin embargo, la llegada del verano, el primero sin apenas restricciones, impone que el gasto persista ya que la población se niega a tener que renunciar a recuperar su vida tras dejar atrás la pandemia. Así, a pesar de la subida de los precios, se ha producido un repunte en las compras de ocio a medida que los habitantes del hemisferio norte se adentran en los meses de verano.
A nivel mundial, las compras han aumentado respecto al mes de mayo en categorías como las bebidas alcohólicas (50% frente al 45%), moda (50% frente al 43%), viajes o vacaciones (23% frente al 18%) y el ocio fuera de casa (31% frente al 25%). En el caso de España también se observa esta subida de las compras en las bebidas alcohólicas (45% frente al 42%%), moda (69% frente al 64%), viajes y vacaciones (55% frente al 50%) y el ocio fuera de casa (54% al 48%).
Concretamente, en el caso de los viajes y las vacaciones, tras dos veranos marcados por las limitaciones derivadas de la pandemia, la población prioriza ahora su bienestar emocional y sus ganas de viajar sobre la prudencia financiera. Aunque el temor al covid y las restricciones fronterizas siguen siendo considerables, es poco probable que estas cuestiones afecten a los planes de viajes, según revela el informe.
Gastos más prescindibles
Aunque no se renuncia a viajar, a nivel mundial, las personas que corren un alto riesgo debido a la inflación sí han comenzado a adoptar una serie de medidas para limitar los efectos de la subida de los precios en sus bolsillos y son más propensas a reducir sus gastos discrecionales, por ejemplo, limitando el gasto en restaurantes (41%), ocio (31%) y viajes (30%). Solo un 21%, de la población en alto riesgo, de media, dice no adoptar ninguna medida para ahorrar. Un tercio de la población en un riesgo moderado (33%) y de bajo riesgo (36%) tampoco limitan sus gastos.
En España, el 37% de la población española declara que va menos a restaurantes, el 21% ha renunciado a viajar para ahorrarse el coste del transporte, y otro 21% también comenta que compra menos comidas preparadas y optan por cocinar más en casa. En el lado contrario, un tercio de la población española asegura no tomar ninguna medida ante la inflación.