La Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) denuncia que las subidas del coste de la energía están empezando a afectar también a la producción y el transporte de productos de alimentación. De hecho, en lo que va de año el IPC de alimentos y bebidas no alcohólicas ha subido ya de media un 1,5%.
“Un dato preocupante por cuanto afecta directamente a las economías más vulnerables; y más ahora cuando el 45% de los hogares ha sufrido una pérdida de ingresos durante el año pasado, según una reciente encuesta sobre el índice de solvencia familiar realizado por la organización”, aseguran desde la OCU.
En concreto, las partidas que más han subido son los aceites y las grasas (20%), el agua mineral, los refrescos y los zumos (7,4%), la fruta fresca (4,6%), los huevos (3,5%) y la carne de ave (3,0%). Entre las pocas partidas que bajaron sus precios destacan las legumbres y hortalizas frescas (-1,3%) y el pescado, fresco y congelado (-1,2%).
OCU advierte que estas subidas no han afectado por igual a todas las regiones. Entre las que más han sufrido el incremento de precios destacan Galicia (2,3%), Cantabria (2,1%), Navarra (2,0%), además de Melilla (2,6%). Mientras que se ha sentido bastante menos en Canarias (0,6%) y La Rioja (0,9%), así como la ciudad de Ceuta (0,3%).