El consumo doméstico de pescado es una de las mayores preocupaciones del sector. De hecho, según los últimos datos recopilados por la Confederación Española de Pesca (Cepesca), en 2018, ha habido un descenso del 2,8% en la demanda de productos de la pesca frente a 2017.
Esta caída se ha producido tanto en pescados (-4,2%) como en mariscos/moluscos y/o crustáceos (-3%). Sin embargo, las conservas de pescado/molusco crecieron un 1,9%. Dentro de los pescados, los frescos son los más contributivos al descenso (-4,9%) frente al 1,4% de los congelados.
Este descenso en el consumo de no es una situación nueva puesto que ya en 2017 el “Informe del consumo de alimentación en España 2017” del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, recogía que se había reducido un 3,3% respecto al año 2016, aunque en términos de valor aumentó ligeramente (0,9%) a consecuencia del incremento del 4,4% en el precio medio, que se situó en 8,29 euros/kilogramo.
Ese año, los hogares destinaron el 13,29% del gasto en alimentación y bebidas a la compra de pescado, realizando un gasto per cápita de 196,71 euros al año y un consumo de 23,73 kilogramo por persona y año, una cantidad un 6,9% menor a la ingerida en 2016. Según este informe, el consumo de pescado fresco representa el 44,4% del volumen de pescado consumido, siendo ésta la categoría principal, seguida por las conservas de pescados y moluscos (18,6%).
Consumo en Europa
En el caso de la Unión Europea, según el informe “El mercado del sector pesquero en la UE 2018”, en líneas generales, la tendencia de consumo de los productos de la pesca y de la acuicultura en Europa se mantiene estable alrededor de las 12 millones de toneladas durante los últimos 10 años.
Las 15 especies más consumidas en la UE son: arenque, caballa, espadín, sardina, jurel, listado, merluza, bacalao, pequeños pelágicos, rabil, bacaladilla, tiburones, solla, anchoa y vieira. Y los principales productos pesqueros consumidos son el atún (normalmente en conserva), el bacalao, el salmón, el abadejo de Alaska, el camarón y langostino, el mejillón y el arenque.
Asimismo, el gasto anual realizado por los hogares de la UE en la compra de productos pesqueros es de más de 100 euros per cápita, un cuarto de la cantidad gastada en carne.