En el conjunto del total de referencias disponibles en un supermercado, más de un 10% es apto para intolerantes al gluten o a la lactosa, por mencionar algunas de las más comunes. Esto significa que el consumidor alérgico tiene a su disposición más de 1.000 productos específicos, además de aquellos que por su propia naturaleza no contienen dichos componentes, para realizar una compra completa.
En lo que se refiere a las alergias que muchas personas presentan a ciertas frutas o pescados, el amplio número de referencias, entre 8.000 y 12.000, que componen el surtido de un supermercado hace que puedan encontrar con facilidad sustitutos a los mismos, según informa la Asociación Española de Distribuidores (Asedas).
Si bien los productos adaptados a las intolerancias alimentarias presentan un índice de rotación menor que el resto, el compromiso social de ofrecer una alimentación completa al núcleo familiar es un factor que prevalece en la decisión de incorporar dichos productos al surtido. éste se extiende no solo a proveer de una oferta de alimentación suficiente y completa sino también a otras aportaciones de valor añadido. Entre ellas, destaca la información de la que se provee al consumidor, la oferta de precios competitivos en los productos específicos y la seguridad alimentaria.
Las empresas de la asociación son conscientes de las necesidades especiales del sector de la población afectado por alergias e intolerancias alimentarias. Por ello, siguen incrementando tanto el número de referencias que permiten hacer una compra completa a estas personas y sus familias, así como la información sobre dichos alimentos.
“Nuestro compromiso con las personas alérgicas e intolerantes y sus familias va mucho más allá de las normas. Está íntimamente unida a nuestra forma de entender la relación con nuestros clientes y nuestro quehacer al servicio de la sociedad para llevar al núcleo familiar una compra completa y a precios competitivos”, dijo Ignacio García Magarzo, director general de Asedas.