La Comisión Europea asegura que la auditoría de gestión, llevada a cabo por el Tribunal de Cuentas Europeo, considera que los porcentajes de ayuda fijados para el sector vitivinícola fueron demasiado altos y que el sistema podría haber sido más eficiente, y haber logrado resultados más sustanciales con los recursos asignados.
Esta auditoría tenía la finalidad primordial de evaluar los avances logrados hasta la fecha dentro de la reforma del sector comunitario del vino. Así, examinó las medidas de arranque y de reestructuración y reconversión de los viñedos, que constituyen los dos principales ámbitos de gasto. La dotación presupuestaria para la medida de arranque durante el período de aplicación de tres años ascendía a 1.074 millones de euros. Para la medida de reestructuración y reconversión se asignaron 4.200 millones de euros durante el decenio 2001-2010.
El excedente estructural de vino ascendía a 18,5 millones de hectolitros. El régimen de arranque aplicado entre 2008 y 2011 sólo redujo la producción de la UE en 10,2 millones de hectolitros al año, en gran medida porque algunas de las hipótesis en que se basaba el objetivo inicial no se confirmaron.
La reestructuración y reconversión de los viñedos, cuyo objetivo es incrementar la competitividad de los productores de vino mediante el pago de indemnizaciones por pérdida de ingresos cuando se adapte un viñedo y como contribución a los gastos efectuados, tuvo un impacto significativo en amplias superficies de toda Europa. Sin embargo, los incrementos de la producción derivados de la reestructuración sin ningún efecto tangible en el consumo global neutralizan en parte la incidencia del arranque.
Entre las recomendaciones que formula el Tribunal para mejorar la eficacia de la reforma del sector vitivinícola destaca la de elaborar una estimación del equilibrio entre la oferta y la demanda en el sector vitivinícola a partir de datos actualizados que tuvieran en cuenta la liberalización prevista de los derechos de plantación.
Además, si se considera necesario aplicar nuevas medidas de arranque, deberá evitarse el arranque de viñedos modernizados mediante la introducción de criterios de subvencionabilidad adicionales ligados al propio viñedo y no solo al agricultor.
En vista de la gran variedad de operaciones definidas por los Estados miembros en la aplicación de la medida de reestructuración, la Comisión debería definir con mayor precisión las operaciones de reestructuración subvencionables, especialmente las previstas por la reglamentación en el epígrafe «Mejoras de las técnicas de gestión de viñedos».