En el 2011, el consumo de congelados alcanzó el 98% de los hogares de personas mayores de 65 años, los cuales han incrementado la compra media un 1,8% y el gasto medio un 2,5%, respecto a 2010, según datos de KantarWorldpanel.
Este aumento del gasto viene dado por la mayor tendencia a la compra de platos preparados y productos elaborados, sustituyendo en parte la compra de productos congelados básicos.
Los hogares de mayores de 65 años gastan más en alimentación que el resto de hogares, concretamente ha incrementado un 4,4% respecto el 2,5% del resto de familias. Aunque este colectivo sigue siendo un gran consumidor de productos frescos, aumenta cada vez más su gasto en conservas y productos frescos no perecederos*, entre los cuales se encuentran los congelados.
En términos de valor, el consumo de congelados entre los mayores de 65 años se incrementó en 2011 un 5,4%, respecto al año anterior, un incremento significativo teniendo en cuenta que el consumo total de congelados aumentó un 3,0%, 2,4 puntos menos que el aumento de consumo del colectivo de personas mayores.
La distribución de la compra de congelados por parte de los mayores de 65 años atribuye el 9,1% de su gasto a platos preparados y productos elaborados en marzo de 2011, subiendo un 0,4% respecto al mismo mes del año anterior. No obstante, la categoría de pescado y marisco sigue siendo la que concentra la mayor parte del consumo de este colectivo, hasta un 62,7% del total.
A la hora de consumir productos congelados, las principales motivaciones entre las personas mayores son la comodidad y la practicidad, ambos factores cada vez más valorados por este segmento de la población. Sin embargo, el precio y la comida sana siguen siendo aspectos muy importantes. Por un lado, el consumidor sénior mira de ajustar su presupuesto buscando la mejor relación calidad-precio y, por otro lado, este colectivo intenta seguir una alimentación saludable.
Teniendo en cuenta que actualmente las personas mayores ejercen un importante rol de cuidadores de los nietos, ya que estos últimos cada vez pasan más tiempo con ellos, aspectos como la comodidad y la practicidad que presentan los congelados cobran mayor importancia. Ambos factores facilitan la labor en la cocina; la comida sana representa la transmisión de un estilo de vida saludable a los pequeños a la vez que se cuida su nutrición, y finalmente, el precio de la cesta de la compra es un aspecto al que se es mucho más sensible en la situación económica actual.
Francesc Galí, director de Marketing de La Sirena, explica que una de las prioridades de la cadena es mantener una relación de cercanía con el consumidor para poder dar respuesta a sus necesidades y concreta que los mayores de 65 años “representan uno de los grupos de clientes más importantes”. Como particularidad en el caso de este colectivo Galí añade que “es un consumidor exigente que al disponer de tiempo, compara calidades y precios y escoge lo mejor”.
En este sentido, La Sirena, además de cuidar su servicio en las tiendas, garantiza la alta calidad de sus productos e innova de forma constante, para poder ofrecer al consumidor un amplio surtido que cubra todas sus necesidades, a un precio competitivo, basándose en aportar valor al cliente a cambio de precios bajos.