Bodegas Osborne cambia la imagen de la etiqueta de Rosafino, su vino carbonatado con baja gradación alcohólica, que está dirigido a un público joven que se inicia en el mundo del vino.
Para esta nueva etiqueta, el grupo crea una imagen “más cercana” de un vino de mesa rosado dirigido a un consumidor que se inicia en este mundo “y que por tanto está más habituado a optar por un Lambrusco o un tinto de verano”, explican fuentes de la bodega.
Es por ello que se ha elegido a la compañía Brand Session para desarrollar el packaging de este caldo con una etiqueta muy conceptual, donde la aguja del vino se comunica a través del diseño (las burbujas aparecen en la “ventana” de color), transmitiendo espontaneidad y movimiento con tonos que representan los matices de este vino.
Pero además, se observa una apuesta clara por la innovación tanto en su estructura vertical – la marca se divide en 4 partes formando un divertido orden de lectura que sobresale de la etiqueta gracias a su acabado en stamping rojo- como en su gama cromática, compensada por una tipografía sobria, elegante y moderna.
En este sentido, Roberto Quiñones, director creativo de Brand Session, asegura que “apostamos por incorporar el elemento de las burbujas ascendentes en la etiqueta de este vino, para que el consumidor pudiera identificar perfectamente que va a degustar un rosado de aguja, y con este recurso queda perfectamente identificada en la presentación”.
En cuanto a la cápsula, del tipo “Screw cap” al ser un vino con gas, se ha realizado en plata mate y tintas metalizadas rojas, continuando con la utilización del recurso de las burbujas.