La compañía angloholandesa, que puso en marcha el primer campo de cultivo sostenible a gran escala de España, situado en Extremadura, ya ha logrado que el 95% de sus verduras, utilizadas para alimentos de marcas como Knorr, provengan de fuentes sostenibles.
Además, Unilever ha reducido un 30% el consumo de agua, un 28% el uso de pesticidas y un 22% los gases de efecto invernadero en sus cultivos. Todo ello, en línea con el Plan Unilever para una Vida Sostenible.
Estas mejoras llegan tras la puesta en marcha en 2010 del Programa de Agricultura Sostenible, que en el caso de España supuso el lanzamiento en 2016 del Catálogo de Buenas Prácticas en Agricultura Sostenible. Con esta herramienta, Unilever, de la mano de su marca Knorr, cultiva en campos de Extremadura teniendo en cuenta también la formación de los agricultores, la apuesta por la biodiversidad y el fomento de la economía local. Los tomates y hortalizas de Knorr procedentes de esta comunidad autónoma están ya presentes en las mesas de una decena de países europeos.
Ahora, este Catálogo de Buenas Prácticas en Agricultura Sostenible va más allá de los campos extremeños y sirve de modelo para los cultivos de la compañía en regiones de Francia, Italia y Dinamarca. El objetivo en todos estos casos pasa por preservar los recursos naturales del planeta y permitir a más personas acceder a una dieta con alimentos ricos en nutrientes.
Tal y como señala Ana Palencia, directora de Comunicación y Sostenibilidad de Unilever España, “la sostenibilidad debe estar presente, del campo a la mesa, en todo el ciclo de vida de un producto; además, el Programa de Agricultura Sostenible implantado por Knorr, que está ayudando a los agricultores a profesionalizar todos los procesos, constituye una apuesta por el capital humano y dinamiza la economía del sector primario en Extremadura”.