La familia Muga lanza al mercado su nuevo vino rosado Flor de Muga, un garnacha 100% de cepas viejas (entre 70 y 90 años), cultivadas a 600-750 metros de altitud.
“Es un vino hecho de mosto flor, de corta maceración, del que solo aprovechamos el 50%, es el fruto de pequeñas parcelas de poca producción y eso lo convierte en un vino seleccionado y muy especial”, ha explicado Manu Muga, vicepresidente de la bodega con sede en Haro, Rioja Alta.
Su color pálido sorprende al tratarse de un 100% garnacha, una variedad que ya suele dar poco color y que además se somete a una corta maceración en prensa, y a un particular punto de maduración. El resultado es un rosado muy pálido con reflejos violetas.
Tal y como destacan desde la Bodega, la complejidad de este vino impresiona primero en nariz, donde se expresa un rosado elegante, fresco y muy delicado, en el que se adivinan notas de fresa ácida y melocotón, así como un aroma floral a rosa.
En boca, la sensación que ofrece Flor de Muga es mucho volumen y grasa, rara en rosados, lo que le confiere su singularidad. Un toque mineral y una acidez equilibrada completan la cata de un vino excepcional y único en su categoría.