A pesar de que la crisis actual mantiene a muchos inversores en modo de espera, el mercado de alimentación sigue activo y despierta gran interés por parte de fondos institucionales y privados. De hecho, 2020 será un año récord de inversión en superficies de alimentación con una previsión de cierre superior a los 550 millones de euros, según el informe “El mercado de la alimentación en España” de Savills Aguirre Newman.
En la actualidad, el stock total de superficies de alimentación en España alcanza ya los 16,6 millones de metros cuadrados y 23.701 establecimientos. La cifra incluye hipermercados, supermercados, tiendas de descuento, cash & carry, tiendas de conveniencia y tiendas especializadas.
La crisis económica desencadenada por el Covid-19 ha cambiado el panorama de la distribución alimentaria española y los supermercados e hipermercados urbanos han sido los grandes beneficiados dado que durante la cuarentena el consumidor ha evitado desplazamientos, destaca el estudio, que añade que “la gran resistencia del sector de la alimentación ante la crisis, ha convertido a este tipo de producto en una buena opción para los inversores privados e institucionales. Fruto de ello es el incremento del número de operaciones asociadas a carteras de supermercados en los últimos años”.
Y es que, “a pesar del impulso dado a la compra online, este canal continúa siendo el gran caballo de batalla de muchas marcas y durante el confinamiento se han puesto de manifiesto deficiencias relativas a la gestión de pedidos, roturas de stock y elevados costes de transporte. En el futuro la cuota de mercado del canal online continuará ganando terreno, aunque la tienda física seguirá prefiriéndose, por lo que la inversión en la experiencia en tienda sigue teniendo especial importancia”, explica la inmobiliaria.
Asimismo, revela que, hoy en día, las operaciones de inversión en supermercados resultan una opción muy interesante por diversos motivos: son activos que ponen al servicio del consumidor productos de primera necesidad con una demanda continua en el tiempo; son resilientes a las crisis y una de las pocas actividades a las que se le permitió la apertura durante el estado de alarma; es un producto defensivo y líquido, que protege la posición del inversor en el mercado y puede ser transaccionados sin pérdida significativa de valor; disponen de contratos a largo plazo y buenos covenants que garantizan la solidez y viabilidad de la operación; y cuentan con cash-flows seguros que afianzan las carteras del inversor y las diversifican.
“En términos generales el mercado de inversión de superficies de alimentación presenta una gran diversidad de inversores que eligen los activos en función de la ubicación, el tipo de marca y las condiciones contractuales. Al disponer de una mayor capacidad económica, los inversores institucionales están más enfocados en portfolios de supermercados que les permite alcanzar el volumen mínimo de inversión exigido por el fondo, mientras que los privados prefieren adquirir activos individuales a menor precio”, destaca el informe.
De este modo, de cara a 2021, se plantean grandes retos derivados de la posible saturación del mercado y la consiguiente reducción de la productividad por tienda, así como la necesaria incorporación de nuevas tecnologías. Fórmulas de entrega (Shop & Go, Click & Collect, Click & Car o Pedestrian Drives), modelos híbridos donde degustar y comprar, o Dark Supermarkets son algunas de las tendencias que empiezan a perfilarse y definirán el supermercado del futuro, explica Savills Aguirre Newman.