El presidente y director general de Pernod Ricard Bodegas, Christian Barré, ha sido elegido nuevo presidente de la Federación Española del Vino (FEV). Así, el hasta ahora vicepresidente primero sustituye automáticamente a Javier Pagés al frente de la FEV, después de que éste haya decidido acortar unos meses su mandato para centrarse en su labor como CEO de Codorniú.
Asimismo, se ha propuesto su designación como presidente del Observatorio Español del Mercado del Vino (OeMv), cargo que tendrá que ser ratificado por el patronato de esta institución el próximo mes de julio. También está previsto que releve a Javier Pagés como vicepresidente primero de la Organización Interprofesional del Vino de España (OIVE) en representación de la FEV.
La renovación de cargos se ha producido en el marco de una Asamblea General Extraordinaria que la FEV ha celebrado hoy en Madrid y en la que el nuevo presidente ha planteado los ejes prioritarios de su mandato, previsto para los próximos tres años, que pasan por el impulso y desarrollo de la Organización Interprofesional del Vino de España (OIVE), el refuerzo de la representatividad y del rol de la FEV como único interlocutor del sector bodeguero y la internacionalización como palanca para aumentar el valor del vino español.
En su primer discurso ante la Asamblea de la FEV, el nuevo presidente ha destacado la necesidad de poner a trabajar a pleno rendimiento a la Interprofesional del Vino, un organismo que ha calificado de fundamental en la recuperación del consumo de vino en España en una primera etapa. Asimismo, ha subrayado el importante papel de la FEV como único representante y portavoz de las bodegas privadas en el seno de dicha organización. Y precisamente por ello, el segundo gran objetivo de su presidencia será poner en valor la labor de la FEV entre aquellas bodegas que todavía no forman parte de la organización, abogando por la unión y la representatividad para una mejor defensa de los intereses de todo el sector del vino.
Por último, ha puesto el acento sobre el bajo precio del vino español en comparación con nuestros principales competidores. Para Barré, este problema reside en la propia estructura del sector del vino en España, muy fragmentado con más de 4.000 bodegas, por lo que es necesario reforzar la visión del sector sobre el potencial del vino español en el mundo a través de la internacionalización, buscando una mejora en la calidad percibida de nuestros vinos y primando el valor sobre el volumen en la exportación.