La facturación neta de P&G al cierre de su ejercicio fiscal ha ascendido a 84.284 millones de dólares, apenas un 0,3% por encima de la cifra registrada en el ejercicio anterior. En términos orgánicos las ventas crecieron un 2% impulsadas por la subida de los precios y el aumento del volumen.
El volumen total se mantuvo sin cambios con respecto al año anterior. De este modo, la compañía cerró su ejercicio fiscal con un beneficio neto atribuido de 15.974 millones de dólares, lo que supone una mejora del 7,3%.
Por segmentos, la división de belleza redujo sus ventas un 2% hasta los 14.964 millones de dólares, mientras que el segmento de aseo mantuvo sus ingresos en 6.662 millones de dólares, la división de cuidados de la salud aumentó su facturación un 2% hasta los 11.998 millones de dólares y la rama de hogar registró 29.617 millones de dólares, en línea con el año anterior. Por último, la división de infantil, femenino y familiar alcanzó una facturación de 20.248 millones de dólares, misma cifra que el año previo.
En cuanto al último trimestre fiscal, la compañía obtuvo una cifra de negocio neta de 20.889 millones de dólares, un 1,7% más que en el cuarto trimestre del pasado año fiscal y beneficio neto atribuido de 3.615 millones de dólares, lo que supone un incremento del 15,2% respecto al mismo periodo del año anterior.
“En el ejercicio 2025, aumentamos las ventas y los beneficios, generando un alto nivel de liquidez para los accionistas en un entorno dinámico, complejo y volátil”, afirmó Jon Moeller, presidente del Consejo de Administración, presidente y director ejecutivo.
“Hemos puesto en marcha sólidos planes para seguir ofreciendo resultados a todos los grupos de interés en el contexto actual. En el ejercicio 2026, esperamos otro año de crecimiento orgánico de las ventas, crecimiento del BPA básico y una sólida productividad del flujo de caja libre ajustado. Mantenemos nuestro compromiso con nuestra estrategia integrada: una cartera de productos centrada en categorías de uso diario donde el rendimiento impulsa la elección de marca, la superioridad (en cuanto a rendimiento del producto, embalaje, comunicación de marca, ejecución en el sector minorista y valor para el consumidor y el cliente), la productividad, una disrupción constructiva y una organización ágil y responsable, todo ello con el objetivo de lograr un crecimiento sostenible y equilibrado, y la creación de valor”, añadió.