Las compras de la UE de frutas y verduras a Marruecos han crecido un 65% en diez años

La importación comunitaria de frutas y hortalizas frescas procedentes de Marruecos hasta noviembre de 2020 se situó en 1,4 millones de toneladas, lo que ha supuesto un crecimiento del 9% respecto al mismo periodo año anterior, según los últimos datos actualizados por Eurostat, con lo que se refuerza la evolución positiva de la última década, en la que se ha producido un crecimiento de las compras a Marruecos del 65%, entre 2010 a 2019.

En concreto, en 2020 y hasta noviembre, la UE compró 778.340 toneladas de hortalizas a Marruecos, un 4% más que en el mismo periodo de 2019, de las que 455.712 toneladas correspondieron a tomate, un 10% más que el año anterior, seguido por la judía verde, con 125.982 toneladas (+5%)  y el pimiento, con 106.330 toneladas (+4%).

En frutas, la UE importó 610.849 toneladas, un 18% más que en 2019, siendo la sandía la más importada, con 233.177 toneladas y un crecimiento del 44% respecto a 2019, seguida de los cítricos especialmente naranja. Son también significativos los volúmenes importados por la UE de frutos rojos, como frambuesa, con 31.603 toneladas (+9%) y arándanos, con 28.816 toneladas (+32%), sí como el aguacate, con 28.379 toneladas (+113%).

Cuando Eurostat publique los datos oficiales de diciembre de 2020 se prevé un crecimiento de las importaciones también en este mes, por lo que 2020 concluirá con un afianzamiento de la presencia de Marruecos en el mercado comunitario, según Fepex, en línea con lo sucedido en la última década.

De hecho, de 2010 a 2019 la importación comunitaria de frutas y hortalizas marroquíes pasó de 856.919 toneladas a 1,4 millones de toneladas, un 65% más. En hortalizas el crecimiento en la pasada década ha sido del 52%, totalizando 859.095 toneladas y en frutas el 89%, totalizando en 2019 un total de 553.065 toneladas.

El crecimiento de las importaciones de la UE de países extracomunitarios, impulsadas, según Fepex, por la divergencia regulatoria en materia laboral, social, medioambiental… requiere “actuaciones más claras y específicas por parte de la Comisión Europea”.