En 2023, los países miembros de la Unión Europea importaron un total de 105.104 toneladas de coco provenientes de países fuera de la UE, con un valor de 146 millones de euros. De este volumen, dos tercios (67%) correspondieron a coco desecado, con 70.330 toneladas, mientras que el tercio restante (33%) se dividió entre cocos frescos, pelados o sin pelar (20.328 toneladas) y cocos en su cáscara interna, conocida como «endocarpio» (14.447 toneladas).
Cinco países ajenos a la UE concentraron el 86% de las importaciones totales de coco. Filipinas se consolidó como el mayor proveedor, con 41.944 toneladas, lo que representó el 40% de las importaciones de coco a la UE. Le siguieron Indonesia (17.992 toneladas, 17%), Costa de Marfil (14.642 toneladas, 14%), Sri Lanka (8.206 toneladas, 8%) y Vietnam (8.065 toneladas, 8%), según datos de Eurostat.
Entre los países de la UE, los Países Bajos destacaron como el principal importador de coco en 2023, representando casi la mitad de las importaciones del bloque (48.937 toneladas, o el 47% de las importaciones desde países fuera de la UE). Alemania ocupó el segundo lugar con 15.400 toneladas (15%), seguido de España con 10.743 toneladas (10%), Francia con 7.793 toneladas (7%) e Italia con 4.643 toneladas (4%). Estos cinco países acumularon casi tres cuartas partes (83%) del total de importaciones de coco en la UE.
Estas cifras reflejan la creciente demanda de coco en el mercado europeo y la dependencia de los países de la UE de proveedores extracomunitarios para satisfacer las necesidades de consumo.










