La incertidumbre y las preocupaciones económicas han dejado su huella en el consumo de bebidas espirituosas en España este año, según indicó Espirituosos España. Se prevé que el consumo disminuya en un 3% en 2023, una cifra que refleja un cambio significativo en comparación con el notable aumento del 19,4% experimentado en 2022, cuando se alcanzaron los 197 millones de litros de consumo.
Bosco Torremocha, director ejecutivo de Espirituosos de España, señaló en un evento con medios de comunicación que el año “cerrará en negativo seguramente”, aunque el resultado preciso se conocerá después de la temporada de Navidad, que históricamente ha sido un momento crucial para el mercado de bebidas.
El descenso en el consumo durante 2023 se ha debido a diversos factores, entre ellos la cautela en el gasto del consumidor, especialmente en el sector de hostelería, que representa un pilar fundamental para la industria de bebidas espirituosas. La inflación, situada en un 7,3% para estas bebidas según el Instituto Nacional de Estadística (INE), ha contribuido a esta disminución al afectar la percepción del gasto entre los consumidores.
Las exportaciones, un componente vital para el sector, también han sufrido un revés, disminuyendo un 1,8% en 2023 en comparación con el año anterior, que se experimentó un incremento récord del 24%.
En cuanto a los datos más recientes disponibles, correspondientes al interanual del mes de octubre, muestran una caída constante en la demanda en volumen, con descensos notables en varias categorías como la ginebra, “que empieza sentir cierto agotamiento”, posiblemente debido a su premiunización y encarecimiento.
En cambio, algunas categorías como licores, anís y tequila han logrado mantener cifras positivas, debido al auge del “tardeo”, un momento de consumo muy importante para las bebidas espirituosas y a la apuesta de los consumidores por los productos locales.
En valor, los datos de crecimiento son también “moderados, de un 1% aproximadamente”, explica el directivo. Entre las bebidas, el whisky lidera el aumento en su valor, seguido de cerca por la categoría de licores.
Mirando hacia el futuro, las expectativas para 2024 apuntan a un crecimiento «muy moderado», condicionado por la estabilidad política y económica, la llegada de fondos europeos, el control de la inflación y la resolución de conflictos bélicos en curso, según expresó Torremocha.