La Asociación Española de Exportadores e Industriales de Aceitunas de Mesa (Asemesa) asegura que es “totalmente falso que vaya a tener lugar una eliminación o reducción de aranceles durante la presente campaña de recolección. No existe ningún fundamento para pensar que pueda suceder esto”.
En los últimos días, varios medios de comunicación han anunciado una posible “desaparición” o “reducción considerable” de los aranceles impuestos por EEUU a la aceituna de mesa negra. Sin embargo, desde la asociación creen que se puede deber a unas declaraciones efectuadas por el ministro de Agricultura, Luis Planas, con motivo a una de las líneas de defensa emprendidas por la asociación ante el Departamento de Comercio de EEUU (las revisiones administrativas anuales), “proceso que sí podría derivar en una reducción importante de este gravamen”, aseguran desde Asemesa.
No obstante, este proceso sólo es aplicable a las empresas seleccionadas para ser investigadas y también a aquéllas que solicitaron ser revisadas y no lo fueron. Esta reducción, de confirmarse, no se aplicaría hasta el año que viene, no es definitiva porque los aranceles podrían volver a subir el año próximo y no beneficiaría a la mayoría de las empresas del sector, que seguirá soportando un arancel del 35%. Estos aranceles podrían durar hasta 2028.
Asemesa y sus empresas seguirán trabajando en las distintas líneas de defensa para combatir este arancel (revisiones administrativas anuales, recurso ante la Justicia de EEUU y procedimiento ante la Organización Mundial del Comercio presentado por la UE), pero ninguna de estas acciones tiene resultados efectivos a corto plazo, por lo que esta asociación sigue insistiendo en que la solución definitiva tiene que venir de una negociación.
En este sentido, el secretario general de Asemesa, Antonio de Mora, insta nuevamente al Gobierno de España y a la UE a que “intensifiquen los contactos con EEUU a fin de lograr un acuerdo similar al conseguido en el conflicto de la industria aeronáutica, que se resolvió con buena voluntad y con la suspensión por cinco años de todos los aranceles a los productos agroalimentarios. Esta es la única forma de solucionar el problema”.
El sector acumula unas pérdidas en exportaciones de 150 millones de euros desde que comenzara la pesadilla arancelaria con las primeras tasas impuestas a la aceituna negra en noviembre de 2017.